Educator, más allá de las típicas bolas chinas.

Una de las preguntas que más nos repiten a lo largo del tiempo en el curso de “Pelvis y Periné” y en los talleres “Las Tardes de Periné” que imparto junto con Ibai López es siempre la misma:

 

¿Cuál es para vosotros la mejor manera de trabajar el Suelo Pélvico y el Periné?

 

La respuesta es siempre muy parecida, para nosotros es importante descartar cualquier disfunción de suelo pélvico antes de empezar a entrenar ésta zona de nuestro cuerpo, fuerte y delicada a la vez. Esto se consigue a través de una valoración de suelo pélvico realizada por personal sanitario especializado en éste tema, ya que ni entrenadores, licenciados, técnicos deportivos y demás profesionales del mundo de la actividad física y el deporte tenemos ésta competencia.

 

Una vez hecho esto, sin duda es muy importante que la persona tome consciencia de ésta parte de su cuerpo y aprenda a relajar y contraer su suelo pélvico de forma consciente con ayuda de la respiración y la relajación. Y aunque es cierto que la mayoría de nosotras tendemos a perder el tono muscular, ya sea porque practicamos deportes de impacto, por un embarazo y su correspondiente parto, mala actitud postural, estreñimiento y tos crónica, entre otras muchas causas, también es cierto que hay muchas mujeres que presentan hipertonía en esta musculatura y para ellas lo imprescindible es poder relajar para tener sensaciones más que tonificar y contraer.

 Lo imprescindible es poder relajar para tener sensaciones antes de tonificar y contraer.

Una vez que la persona es capaz de relajar y contraer su suelo pélvico en distintas posiciones, puede ser interesante trabajar con algún tipo de dispositivo que fácilmente podemos encontrar en el mercado. Para mí sin duda uno de los mejores para que la persona trabaje con seguridad en una primera etapa del entrenamiento de esta musculatura cuando está sola en casa (además de la relación calidad-precio) es el Educator, también conocido como Periform. Está formado por una perilla dura en forma de tampón que se introduce en la vagina y una antena que se queda por fuera a modo de biofeedback, de forma que la persona desde el principio es consciente de si contrae bien o mal su suelo pélvico, tarea ideal que puede desarrollar de forma individual en casa los días que no tenga sesión con nosotros e incluso como complemento.

 

Tal cómo se indica en el dibujo, al hacer una buena contracción del suelo pélvico, la antena del Educator tiene que descender, ya que el embudo que forma la musculatura del suelo pélvico asciende hacia el abdomen al contraerse y al relajar dicha musculatura la antena vuelve a su posición de inicio, es decir se eleva.

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Si por el contrario al contraer la antena del Educator se eleva, nos indicará sin lugar a dudas que no se está haciendo una buena contracción sino que por el contrario se está empujando hacia abajo, enviando mayor presión a la musculatura del suelo pélvico y el periné o que incluso estamos solicitando la contracción de otros músculos vecinos del suelo pélvico como pueden ser glúteos, aductores u obturadores entre los más comunes. Esto es más común de lo que podemos pensar, sobre todo en aquellas mujeres que nunca han dado la más mínima importancia a esta parte de su cuerpo, que para mí es sin lugar a dudas nuestro punto débil.

 

Pero no me puedo despedir sin recordaros que ¡el mejor trabajo de suelo pélvico que podemos hacer es a través del orgasmo y de una sexualidad sana y disfrutada!.

 

El útero cambia de tamaño durante la gestación.

Aunque el útero cambia considerablemente de tamaño en función de la fase del ciclo menstrual en el que te encuentres, es a lo largo del embarazo cuando se transforma brutalmente pudiendo llegar a alcanzar hasta 20 veces su tamaño original saliendo libremente de la cavidad pélvica e invadiendo la cavidad abdominal.

 

Me gusta mucho como lo describen Smulders, B. y Croon, M. en su libro “Parto seguro”: En su estado normal no es más grande que una pera pequeña, a mitad de la gestación se puede asemejar a una sandía y al final del embarazo puede llegar a alcanzar el tamaño de un globo grande bien hinchado. Me parece una forma muy sencilla y simbólica de comparar el crecimiento del útero durante la gestación y fácilmente imaginable para todo el mundo.

 

Después del parto, el útero puede tardar hasta dos años en volver a recuperar su tamaño original, de ahí que ese sea el tiempo mínimo recomendado para volver a plantearse un nuevo embarazo. Evidentemente depende mucho del estilo de vida y de la capacidad de recuperación de la madre entre otros muchos factores.

 

Referencias Bibliográficas:

–       Smulders, B. y Croon, M. Parto seguro. Medici. (2009).

–       Drake R.L., Wayne V., Mitchell A.W. Gray. Anatomía para estudiantes. 3ª Edición. Elsevier (2015).

El cuello uterino.

Una parte muy interesante del útero de cara al embarazo y al parto es su cuello, formado por una especie de tejido conjuntivo fuerte y resistente que podría compararse con la textura del cartílago de la oreja o el de la nariz.

 

Durante toda la gestación permanece herméticamente cerrado por un tapón mucoso cuya función es aislar la cavidad uterina del exterior y evita que se produzcan infecciones. Llegado el momento, éste tapón se desprende del cuello uterino un par de días antes del parto o al inicio del mismo después de varias horas de contracciones al comenzar a ceder ésta abertura.

 

En el parto de una mujer primeriza, durante la fase de dilatación, tiene que ablandarse primero y acortarse después para dejar paso al bebé, esto se conoce como borramiento del cuello uterino.

 

Cuando la abertura del cuello uterino se ha ensanchado totalmente por primera vez, permanece ya para siempre suave y blanda perdiendo su rigidez definitivamente, pareciéndose su textura a los labios de la boca.

 

Un truco casero que ayuda a la mujer a perder la rigidez del cuello del útero necesario en el momento del parto es mantener relaciones sexuales con su pareja en la recta final del embarazo, ya que las prostaglandinas del semen del hombre tienen éste efecto mágico sobre el cuello uterino.

 

Referencias bibliográficas:

–       Smulders, B. y Croon, M. Parto seguro. Medici. (2009).

Útero: Más allá de un órgano, mucho más que una palabra.

Como dice la Doctora Northrup (2006) citando a Barbara G. Walker: “El oráculo más antiguo de Grecia, consagrado a la Gran Madre de la Tierra, el mar y el cielo, se llamó Delfos, palabra que significa Útero”.

 

El titulo de esta entrada nos dice que útero va más allá de ser un órgano y que a su vez es mucho más que una palabra.  ¿Por qué?. Muy sencillo, y es que el utero, además de ser el órgano de la gestación y parte del aparato reproductor femenino, también es conocido como Matriz del Latín mater (madre, materia) + trix (agente femenino), Umetokia en el País Vasco, que significa literalmente “el lugar del bebé” o Hara, centro bio-fisiológico y espiritual del cuerpo humano para los orientales.

El utero, además de ser el órgano de la gestación y parte del aparato reproductor femenino, también es conocido como Matriz del Latín mater (madre, materia) + trix (agente femenino), Umetokia en el País Vasco, que significa literalmente “el lugar del bebé” o Hara, centro bio-fisiológico y espiritual del cuerpo humano para los orientales.

Si nos fijamos en su descripción anatómica el utero es un órgano central de la pelvis menor o pelvis verdadera, situado entre el recto y la vejiga, conectado con la vagina a través del cuello uterino y con las paredes de la pelvis mediante varios ligamentos. Las trompas de Falopio salen de cada lado de la parte superior del útero y se dirigen hacia la pared de la pelvis para abrirse cerca de los ovarios, situados éstos bajo los extremos de las trompas o fimbrias que parecen delicadas hojas de helecho (Drake, Wayne y Mitchell, 2015; Smulders y Croon, 2009). 

En la pelvis, como cada elemento en el cuerpo humano, cada estructura está íntimamente conectada con las demás.

Según Northrup (2006) es un órgano relacionado con el poder, la pasión y la creatividad. Siendo también el principal órgano del segundo chakra junto con los ovarios.

 

Referencias Bibliográficas:

– Drake R.L., Wayne V., Mitchell A.W.(2015). Gray. Anatomía para estudiantes. 3ª Edición. Elsevier.

– Northrup, C. (2006) Cuerpo de mujer, Sabiduría de mujer. 3ª Edición. Urano. 

– Smulders, B. y Croon, M. (2009) Parto seguro. Ed. Medici.

Coordinación de la musculatura del suelo pélvico

“El suelo pélvico, responsable de la función de sostén de los órganos pélvicos entre otras funciones, responde en masa, esto quiere decir que no podemos contraer un músculo aislado de todos los que lo conforman, igual que no podemos contraer ningún músculo de nuestro cuerpo sin que otros que se encuentran cercanos también intervengan porque no habría movimiento posible.
Esto no quiere decir que no se pueda hacer más presente una parte de ésta musculatura según nos interese que la notemos más o menos, adoptando diferentes posiciones por ejemplo de nuestras piernas y de nuestro cuerpo e incluso jugando con la gravedad o manteniendo un punto de contacto o de apoyo en nuestra pelvis.
Experimentad con vuestro cuerpo y buscar mayor numero de posibilidades que estimulen de diferentes maneras vuestra musculatura, ya que el suelo pélvico al igual que cualquier musculatura del cuerpo necesita variedad de estímulos.”

Neocórtex y Parto

El Neocórtex es la parte del cerebro que se ha desarrollado de forma espectacular en la especie humana, también conocido como cerebro intelectual.

Éste tiende a usurpar el poder e inhibe la actividad del cerebro primitivo, particularmente durante procesos involuntarios como por ejemplo el del parto, que tiene lugar cuando las estructuras cerebrales arcaicas encargadas de producir un flujo de hormonas especifico toman el control.

Por tanto, no se puede ayudar a un proceso involuntario pero si puede que determinadas situaciones lo inhiban. Sin duda la clave radica en proteger este proceso y descubrir las necesidades básicas para la mujer de parto.

“El parto es un proceso involuntario al que no se puede ayudar, pero puede que determinadas situaciones lo inhiban”

Para poder liberar el flujo de hormonas necesario para dar a luz por propios medios, sin medicación, es necesario reducir la actividad del neocórtex.

Inhibición neocortical. La necesidad básica más importante para la mujer de parto es que el neocórtex deje de funcionar, ya que parir es un trabajo que no concierne al cerebro intelectual y cuando nuestro neocórtex permanece en reposo presentamos más similitudes con los demás mamíferos.

En un parto fácil que transcurre sin el uso de medicamentos, llega un momento en el que parece que la mujer se desentiende del mundo. Incluso puede llegar a comportarse de una forma que habitualmente no consideraríamos correcta en una persona civilizada, atreviéndose a chillar o blasfemar, ser maleducada o pronunciar frases o palabras sin sentido y puede adoptar posturas extrañas, a menudo cuadrúpedas. Cuando la mujer de parto está como ida, como en otro planeta, en su mundo hormonal, significa que cesó por completo el control neocortical. Podemos afirmar entonces que el proceso del parto debe ser protegido de cualquier tipo de estimulación cortical.

La poderosa actividad del neocórtex puede inhibir la actividad de las estructuras cerebrales más antiguas dificultando o inhibiendo el proceso involuntario del parto. Si el neocórtex fuera aún más potente, el parto sería imposible. La manera de superar el hándicap humano y reducir la actividad neocortical puede ser aceptar nuestra condición de mamífera.

La poderosa actividad del neocórtex puede inhibir la actividad de las estructuras cerebrales más antiguas dificultando o inhibiendo el proceso involuntario del parto.

¿Cuáles son los principales estímulos que activan el neocórtex?

  • El principal es el lenguaje. El uso del lenguaje es la interferencia negativa más extendida durante los partos. El silencio es una necesidad básica durante el parto. Importante entrenarnos a reducir progresivamente el uso del lenguaje y no interrumpir a la futura madre en su labor de parto para hacer preguntas que la sacaran de su pompa hormonal y acto seguido activará su neocórtex con el riesgo que ello conlleva.
  • La luz. Sabemos la existencia de una hormona de la oscuridad llamada melatonina. Cuando apagamos la luz para irnos a dormir facilitamos la liberación de esta hormona y precisamente una de sus propiedades es reducir la actividad neocortical. Eso no quiere decir que una mujer que está de parto necesite estar en una habitación completamente a oscuras pero no tiene el mismo efecto tener una luz tenue que una luz intensa en la habitación donde se encuentra la mujer de parto.
  • Sentirse observada, de modo que no sentirse observada es otra necesidad básica para la mujer de parto, necesidad que por desgracia no se tiene en cuenta en nuestra cultura, ya que cada vez está más de moda grabar o hacer fotografías a lo largo del desarrollo del parto, sin por supuesto pararnos a pensar que con ello podemos dificultar el parto.
  • Tener miedo, así que sentirse segura también es necesario para una mujer de parto. Para esto no hay recetas universales, hay mujeres que se sienten más seguras en un entorno familiar, cerca de una comadrona experimentada vivida como una figura maternal y en cambio otras, debido a su condicionamiento necesitan estar en un entorno hospitalario moderno.

Por tanto podemos concluir que para que un parto fluya, o por lo menos para no dificultarlo, la mujer necesita que se cumplan una serie de necesidades básicas como son el silencio, la oscuridad, no sentirse observada y sentirse segura y con todo ello estaremos silenciando su neocórtex para facilitar o mejor dicho para no dificultar el proceso del parto.

Para que facilitar un parto, o por lo menos para no dificultarlo, la mujer necesita silencio, oscuridad, no sentirse observada y sentirse segura.

 

Bibliografía:

Nacimiento y la evolución del Homo Sapiens. Odent, M. La liebre de marzo (2014)

 ¿Sabias que el gluten no sólo se encuentra en productos de alimentación hechos a base de cereales?

 

La palabra gluten viene del latín y significa “cola” o “pegamento”.

Es una proteína alimentaria que se incluyó en la dieta humana de forma tardía en términos evolutivos hace alrededor de diez mil años, compuesta principalmente por gluteninas y gliadinas (éstas a su vez formada por doce unidades distintas más pequeñas) y funciona como adhesivo que aglutina la harina para hacer productos como pan, galletas, pastas, masas de pizzas…

Desempeña un papel importante en el proceso de fermentación, permitiendo que la masa se infle cuando el trigo se mezcla con la levadura. Cualquiera de sus componentes pueden desencadenar una reacción de sensibilidad que conlleva una inflamación posterior.

La inflamación, piedra angular de muchos trastornos neurológicos, se inicia cuando el sistema inmunológico reacciona ante la presencia de una sustancia en el cuerpo desatando una cascada inflamatoria que libera unas sustancias químicas llamadas citoquinas, fuertes antagonistas del cerebro y que a su vez pueden dañar su tejido e incluso dejarlo vulnerable a la disfunción y la enfermedad. En enfermedades como el Parkinson, Alzheimer, Esclerosis Múltiple y Autismo se dan níveles elevados de citoquinas.

Bien es sabido a día de hoy que el gluten se encuentra presente en muchos productos de alimentación liderados por los cereales como el trigo, el centeno, la cebada, la espelta, el kamut y el bulgur; y en una cantidad importante de productos no alimentarios, por ejemplo productos para el cuidado personal como acondicionadores que fortalecen el cabello y rímeles que aumentan el volumen de las pestañas. Además es el que permite que los quesos untables y las margarinas conserven su textura suave e impide que las salsas se cuajen.

Una sensibilidad extrema al gluten es lo que conocemos a día de hoy como “enfermedad celiaca” o “celiaquía” causando daño no sólo en el intestino delgado dando lugar al “síndrome del intestino permeable” y haciéndonos a su vez más susceptible a volvernos alérgicos a otros alimentos o de desarrollar una enfermedad autoinmune debido a la inflamación; sino que también puede afectar a la piel, a las mucosas y puede provocar ampollas en la boca, así como a cualquier órgano del cuerpo incluido el cerebro. La intolerancia al gluten se define como un estado de respuesta inmunológica elevada en individuos susceptibles genéticamente. Aún así, una persona que consume grandes cantidades de productos que contienen gluten, aún sin tener marcadores genéticos de la enfermedad celiaca, puede generarse una sensibilidad importante al gluten que podría solucionarse dejando de consumirlo.

Aunque la celiaquía puede parecer una enfermedad nueva, fue descrita por primera vez en el siglo I por Areteo de Capadocia, uno de los médicos más distinguidos de la antigua Grecia; al igual que el término celiaco que en griego significa abdominal y es que un síntoma clásico de la enfermedad celíaca es la diarrea crónica. E impide la absorción de nutrientes y vitaminas en el intestino.

Cada vez son más las personas que padecen esta enfermedad o que incluso no llegan a desarrollarla pero sí tienen sensibilidad al gluten no celiaca o simplemente presentan síntomas como hinchazón y pesadez normalmente después de comer.

Según Alessio Fasano, el gluten es una molécula no digerible por ningún ser humano, por tanto cualquiera que deje de ingerirla se verá beneficiado. Aunque hay que reconocer que es muy difícil dejar de ingerir gluten al 100% dada su presencia en multitud de productos utilizados a diario, algunos mencionados anteriormente, a mi parecer de lo que sí deberíamos preocuparnos es de no comerlo en exceso e intentar alimentarnos con productos de calidad y de verdad y evitar consumir productos procesados.

Así que, si eres de los que aceptan un consejo, lee con atención las etiquetas de los productos que consumes y más aún si tienes sensibilidad al gluten o eres  celiaco, ya que no sólo los productos ingeridos a través de la alimentación pueden contener gluten.

 

Referencias:

  • Cerebro de Pan. Perlmutter, D. Ed Grijalbo (2013)
  • Paleovida. Perez, C. Ed B (2012)

Transición hacia la menopausia

En la sociedad en la que vivimos es muy común que nos encontremos personas que asocien o confundan el término de Menopausia con vejez, cuando en realidad el periodo perimenopausico lo único que marca es el final de la etapa fértil en la vida de una mujer. Según la actual esperanza de vida es muy probable que una mujer que comienza o termina su transición hacia la menopausia se encuentre en el ecuador de su vida, por tanto, aún le quedan muchos años de vida por delante y puede ser igualmente satisfactoria que hasta el momento.

Una mujer que comienza o termina su transición hacia la menopausia se encuentra en el ecuador de su vida

¿Sabeis a partir de que edad podemos empezar a experimentar estos cambios? A lo mejor os sorprendo ya que puede ser más pronto de lo que muchas mujeres piensan, ya que la mayoría ven la menopausia muy lejana o como algo que no va con ella hasta dentro de mucho tiempo. Pues bien, a partir de los 35 años de edad podemos empezar a experimentar cambios que nos llevan en dirección a la menopausia, sí, has leído bien, a partir de los 35 años, ahora bien comenzar antes o después con éstos cambios no solo va a depender de la genética, el estilo de vida también es importante, así como su historial deportivo y como no, de la alimentación.

Depende de la genética, del estilo de vida también, historial deportivo y de la alimentación.

Como todas las etapas a lo largo de nuestra vida tiene sus ventajas e inconvenientes, pero aún así se puede tener una vida muy plena después del periodo fértil, es más hay mujeres para las cuales es una liberación no poderse quedar embarazadas, ya que damos por hecho que todas las mujeres quieren ser madres y esto no es así.

Buen momento para liberarse de todo aquello que no nos deja realizarnos como persona

Por otra parte es un buen momento para hacer cambios si no estamos satisfechas con la vida que hemos llevado hasta ahora , si no nos sentimos realizadas con nuestro trabajo o con nuestra pareja. Es común en ésta fase liberarse de todo aquello que no nos deja realizarnos como persona o como mujer llevando consigo cambios radicales en el estilo de vida.

Para hacerte una idea de será tu transición, presta atención a la menopausia de tu madre

Si quieres hacerte una idea de cómo va a ser tu transición, la genética es un buen marcador, presta atención a la menopausia de tu madre, siempre y cuando el estilo de vida, la alimentación y otros factores externos hayan sido similares, con lo cual puedes hacerte una idea, pero como ya he dicho anteriormente cada mujer es única y cada transición es diferente del resto.

“La transición no es más que nuestro camino hasta entender nuestro cuerpo” (Jenny Burrell).

 

Referencias:

Perimenopausia and Beyond. Burrell Education. (2014)

Mujer y hormonas

Es muy común escuchar la idea de que en el periodo de menopausia, o mejor dicho de perimenopausia “todo es culpa de las hormonas” o que “las hormonas están revueltas” y que por eso ganamos peso y nos hinchamos o que es un “periodo de gran cambio hormonal”

Y yo me pregunto: ¿realmente pensáis que hay un momento en la vida de una mujer en la que no haya cambio hormonal? Posiblemente si que haya periodos en los que no hay grandes cambios hormonales como son la niñez y la vejez de una mujer, pero el resto de nuestra vida están marcados por subidas y bajadas hormonales que incluso pueden afectarnos en nuestro día a día.

A partir de ahí, desde que pasamos de ser niñas a mujeres, con la primera menstruación todas las fases de nuestra vida conllevan cambio hormonal. Cada mes con cada ciclo menstrual, en un embarazo y más si cabe en el momento del parto, perimenopausia  y  menopausia que marca el final del periodo fértil en la vida de una mujer.

Todas las fases de nuestra vida conllevan cambio hormonal

A modo de curiosidad, os diré también que se relacionan los cambios hormonales de la perimenopausia con los cambios hormonales  en la etapa fértil, de forma que los cambios hormonales de los ciclos menstruales no son más que una pequeña muestra de los que experimentaremos en la etapa perimenopausica. Es más, es sabido también que las mujeres que tienen síndromes pre-menstruales importantes tienen mayor posibilidad de sufrir depresión post-parto.

Los cambios hormonales de los ciclos menstruales son una muestra de los que experimentaremos en la etapa perimenopausica

Por supuesto cada fase de nuestra vida está marcada por unas u otras hormonas entre las mas conocidas: estrógeno, progesterona, testosterona, oxitocina, relaxina, prolactina y cortisol.

Mujeres con síndromes pre-menstruales tienen mayor posibilidad de sufrir depresión post-parto

En cada fase unas toman mayor protagonismo sobre las otras, aunque el organismo intente a toda costa que haya equilibrio para poder funcionar lo mejor posible, consiguiéndolo en numerosas ocasiones a duras penas porque se lo ponemos realmente difícil. Recordad que en todas las fases de la vida de una mujer hay cambio hormonal, no sólo en el periodo perimenopausico como habremos escuchado en infinidad de ocasiones.

En todas las fases de la vida de una mujer hay cambio hormonal

 

Referencias:

Perimenopausia and Beyond. Burrell Education. (2014)

La Sabiduría de la Menopausia. Northrup, C. Ed Urano. (2009)

Perimenopausia, Menopausia y Post menopausia

Menopausia, Perímenopausia, Post menopausia….

¿Conocéis el significado de estas palabras? ¿Pensáis que quieren decir lo mismo o habrá diferencias entre una y otra?. Es muy común meterlas a las tres en un mismo saco, pero como podréis imaginar, no tienen el mismo significado, así que vamos a ir despejando dudas.

Llamamos perímenopausia al período de transición entre la etapa fértil de la vida de una mujer y la menopausia propiamente dicha. El prefijo “peri” significa alrededor de y menopausia quiere decir “ultima menstruación”. Por tanto, una mujer que tiene ciclos menstruales irregulares, que un mes tiene la regla y dos meses no, que al tercero le vuelve a bajar para desaparecer otros tres meses seguidos está en periodo perímenopausico. Ésta etapa suele durar entre 6 y 10 años, aunque a veces puede llegar a durar hasta 13.

Es también en éste periodo cuando los síntomas característicos de la menopausia (sofocos, sudores nocturnos, palpitaciones, jaquecas, insomnio…) son más incomodos o más intensos, aunque como es normal puede variar mucho de una mujer a otra, en función del estilo de vida y de la alimentación entre otras variables.

Como ya hemos dicho antes, menopausia significa “última menstruación”, pero está claro que ninguna mujer sabe cuando va a tener su última menstruación a no ser que tenga una bola de cristal… . Por tanto no podemos afirmar que una mujer está en periodo menopáusico hasta que lleva un año sin tener la menstruación, es decir, 12 meses consecutivos sin periodo.

La menopausia no es una enfermedad por tanto no necesita ser medicada salvo excepciones porque estamos perfectamente equipadas para producir hormonas durante toda la vida. Lo que sí necesita el organismo es tiempo para adaptarse a los cambios y a su nueva circunstancia.No es más fuerte de la especie el que sobrevive ni el más inteligente, sino el que mejor responde al cambio” (Darwin). Afortunadamente cada vez son más las mujeres que optan por recurrir a terapias alternativas naturales evitando así el riesgo de sufrir efectos secundarios.

La menopausia no es una enfermedad por tanto no necesita ser medicada salvo excepciones porque estamos perfectamente equipadas para producir hormonas durante toda la vida.

En éste periodo podemos tener algún síntoma de los mencionados con anterioridad pero sin duda serán mucho menos intensos que en el periodo perímenopausico y los cambios hormonales irán remitiendo poco a poco.

Y por último como podréis intuir, post menopausia significa “posterior a la menopausia” o “después de la menopausia”. Por tanto a partir del año de no tener menstruación, se puede decir que una mujer está en periodo post menopáusico.

En éste periodo y a partir de aquí ya no hay síntomas y las hormonas se mantienen estables y sin cambios como cuando éramos niñas.

¡Seamos conscientes de las diferencias que hay entre cada una de estas palabras y llamemos a cada periodo por su nombre!

 

Referencias:

Perimenopausia and Belong. Burrell Education. (2014)

La Sabiduria de la Menopausia. Northrup, C. Ed Urano. (2009)