Plasticidad, maleabilidad y fascia

La ‪#‎fascia‬, ese entramado a veces fibroso, otras membranoso, con zonas más y menos densas pero siempre tenso en busca del ‪#‎equilibrio‬ para poder aportarnos ‪#‎movimiento‬ y ‪#‎estabilidad‬.

Dice Stecco (2014) que “la fascia es el único tejido que modifica su consistencia cuando se somete a estrés (plasticidad) y que además es capaz de recuperar su elasticidad cuando se manipula (maleabilidad)”

No puedo encontrar mejor forma de expresar estos conceptos fasciales que mediante estas imágenes:

* Plastilina para la ‪#‎PLASTICIDAD‬ …, que recuerdos, que figuras, que capacidad de respuesta y adaptación cuando le arreaba con la mano (aquello era empezar y no parar hasta casi desintegrar) para recuperar la forma como si nada y volver a empezar.

* El hierro en manos del herrero para la ‪#‎MALEABILIDAD‬ , caliente, adaptándose al ritmo del martillo, con la forma que solo en la fragua se le puede dar.

Así es nuestra fascia, resistente ante los impactos y capaz de deformarse para cambiar, adaptarse y permitir cada gesto. Por eso mismo, ni todas las manos trabajan igual la plastilina, ni todas las herramientas trabajan igual sobre el metal…

Momento ahora de reflexionar…

Matriz Extracelular, el biomaterial dinámico que proporciona fuerza y elasticidad e interactúa con su entorno.

El cuerpo humano es una máquina de vida, y a pesar de la necesidad de cuantificar y clasificar, todo individuo es más que el conjunto de lo que se puede medir, describir y comprender, incluso cuando esto se hace con la intención de ayudarlo.

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Podemos ver el cuerpo humano como una serie de sistemas integrados y por claridad, estudiar sus elementos por separado, pero sin olvidar que se trata de órganos individuales (asociación de diferentes tejidos) morfológicamente unidos, que crean sistemas morfológica y funcionalmente interdependientes donde los planos estructurales del organismo nos ayudan a entender mejor esta organización: Célula <-> Tejido <-> Órgano <-> Sistema <-> Organismo. Las células especializadas se agrupan formando tejidos para realizar funciones en nuestro organismo, siendo los cuatro tejidos que se distinguen en los mamíferos: nervioso, muscular, conjuntivo y epitelial.

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En los tejidos, según los libros de histología, además de células, también hay un “material inerte”, la matriz extracelular (MEC), compuesta por sustancia fundamental, fibras y fluido extracelular, siendo la célula la encargada de producir y secretar al espacio extracelular los componentes de la misma (Gartner y Hiatt, 2011; Gartner y Hiatt, 2014; Thibodeau y Patton, 2007; Tortora y Derrickson, 2011). Según Gray’s Anatomy (Standring, 2008), este término se aplica a la suma total de sustancias extracelulares de los tejidos, un sistema de fibrillas proteicas conocidas por proteoglucanos capaces de captar agua.

 

Hoy en día se sabe de la importancia de la MEC, implicada no solo en el soporte, sino también en el movimiento, desarrollo, morfología y función de las células desde el principio de la vida, durante el desarrollo del embrión, donde la migración de las células está condicionada por moléculas de la MEC como la fibronectina, laminina, colágeno (tipo IV) los proteoglucanos y el sulfato de condroitina a las que se unen las células mediante las integrinas (proteinas de unión), permitiendo o inhibiendo su migración (Carlson, 2009) constituyendo así un medio iónico hidratado y poroso, que hace posible el que los metabolitos y nutrientes puedan difundirse con facilidad (Standring, 2008).

 

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Hay que destacar que a pesar de encontrar textos que todavía presentan a la MEC como material inerte, la visión actual de este entramado molecular va cambiando, y como indica Myers (2015) citando a James Oschman en referencia a su libro Energy Medicine (Oschman, 2000) se empieza a considerar la MEC como la matriz viva:

«la matriz viva es una red ″supermolecular″ continua y dinámica que se extiende hasta el último rincón del cuerpo: una matriz nuclear dentro de una matriz celular incluida en una matriz de tejido conjuntivo. En esencia, cuando tocamos un cuerpo humano, estamos tocando un sistema íntimamente interconectado compuesto por la unión de la práctica totalidad de las moléculas del organismo».

Como afirma Mecham (2011), la comprensión de la función de la MEC ha evolucionado del concepto de “tejido conectivo” estático que mantiene unido y conecta todo, hacia el de un biomaterial dinámico que proporciona fuerza y elasticidad interactuando con los receptores de la superficie celular y controlando la disponibilidad de los factores de crecimiento. Esto plantea la necesidad de incorporar la biología celular para poder entender completamente la MEC. Esta idea ha sido reforzada por otros autores en publicaciones recientes (Alberts, Johnson, Lewis, Morgan, Raff, Roberts y Walter, 2015) donde se expone que la MEC es más que un andamio pasivo que proporciona soporte físico cumpliendo un rol activo y complejo, regulando el comportamiento de las células que la tocan, habitan en ella o se desplazan a través de su entramado, influenciando la supervivencia, desarrollo, migración, proliferación, forma y función.

 

A diferencia de otros tejidos, en el tejido conectivo hay una gran proporción de MEC (Thibodeau y Patton, 2007) que da soporte y cabida a las células del sistema (fibroblastos, adipocitos, células plasmáticas, macrófagos, linfocitos, mastocitos) mediante una estructura que proporcionan las fibras (colágeno, elastina, reticulina) que se entrelazan e interactúan las unas con las otras en un entorno que determina las cualidades del tejido (según sea líquido, semiliquido, gelatinoso o calcificado), compuesto por la sustancia fundamental o matriz amorfa y el fluido extracelular. (Gartner y Hiatt, 2011; Gartner y Hiatt, 2014).

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Como hemos visto, el tejido conectivo es algo más que un simple pegamento. Podemos decir de él que es el ingrediente que nos da la forma y a su vez, el componente que forma cada pieza de nuestro organismo, donde los mecanismos de unión y cohesión celular gobiernan la arquitectura, la forma, la fuerza y la organización de los diferentes tipos de células, unidas por interacciones directas o a la MEC. En este caos fibrilar debe primar la coherencia para poder soportar y responder las fuerzas tanto internas como externas (Alberts et al., 2015). Las células y por lo tanto tejidos que forman, se adaptan, cambian de forma con cada movimiento y se adaptan a cada situación tanto estática como dinámica del organismo.

 

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Sus propiedades dinámicas dependen de su arquitectura biológica y aquí hablamos de una organización tridimensional que debe su fuerza, resistencia y adaptabilidad a la transmisión de fuerzas a través de la red molecular más importante de nuestro organismo que, a su vez, encuentran el equilibrio gracias al principio de la biotensegridad…, la red fascial

 

El significado funcional de la arquitectura del tejido conectivo y más concretamente de la red colagénica fascial se caracteriza por su capacidad para desestructurarse y permitir así la movilidad, así como su dimensión conectiva que permite interacciones mecánicas funcionales (entre los órganos o estructuras). En otras palabras, cuando hablamos de fascia, además de utilizar un término muy a la moda, hacemos referencia a un tejido que además de conectar, acompaña y hace posible el movimiento, siendo por lo tanto:

 

1) Capaz de adaptarse y cambiar su organización para permitir el movimiento (piensa en el deslizamiento de las fascias que envuelven los músculos, a nivel del gemelo por ejemplo, cuando caminas o al pasar de flexión plantar a dorsiflexión del pie. ¿Te habías parado a pensar cómo este deslizamiento es posible?).

 

2) Capaz de reorganizarse y unirse cuando se le necesita (esto es lo que permite la cicatrización de los tejidos dañados o la especialización de algunas zonas como los tendones que son en realidad una adaptación funcional de la fascia ante una demanda de tracción).

 

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El concepto de tensegridad se basa en la coexistencia de fuerzas mecánicas, tensión continua y compresión discontinua, que interactúan para equilibrarse formando los binomios tensión – tracción y compresión – empuje (Heartney, 2009). Hablamos de fuerzas y por ende de energía, fuerzas/energía que podemos dibujar sobre un papel, sentir cuando nos movemos, percibir al observar un gesto, pero que aunque estén ahí no podemos ver…, fuerzas, energía, interacción, equilibrio.

 

Algo que caracteriza a las estructuras tenségricas es la capacidad de cambiar de forma y recuperarla gracias a sus propiedades viscoelásticas no lineares que hacen posible el auto equilibrado de las fuerzas, verdaderas estructuras dinámicas, formas siempre en tensión, siempre en equilibrio, en definitiva, estables (Juan y Tur, 2008; Skelton y de Oliveira, 2009; Scarr, 2014).

 

La estabilidad de toda estructura tenségrica no se debe a la fuerza de  sus partes, sino a cómo gestiona el estrés mecánico al que es sometida, o dicho de otro modo, a cómo distribuye las fuerzas, a cómo las equilibra, a cómo encuentra el equilibrio estable (y dinámico de la materia viva) donde la función de las unidades que lo componen dependerá de la estabilidad de todo lo demás. (Juan y Tur, 2008; Scarr, 2014)

 

Si hablamos de formas tenségricas solo podemos hacerlo desde una visión de interacción tridimensional, introduciendo en nuestro vocabulario los conceptos de volumen y sinergia. Por ejemplo, cuando un globo que se infla, crece, crece y la distancia entre  sus elementos aumenta a cada momento. Si esa distancia aumenta, las fuerzas “invisibles” que interactúan sobre ellos también lo hacen “me muevo luego existo”.

 

Extrapolando esta idea a nuestra naturaleza humana móvil y en constante cambio, tenemos un buen ejemplo que nos ayudará a entender la perspectiva global de toda postura o gesto que realizamos en nuestro día a día y las interacciones entre las fuerzas “invisibles”.

 

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Una perspectiva global del movimiento nos enseña que en cada gesto existen elementos que se expanden acompañados de elementos en contracción. Tensiones que cambian y se reparten buscando el equilibrio del sistema, tantas veces alejado del equilibrio ideal, basándose en conceptos no lineares que entienden las sinergías entre los elementos que permitirá la transformación y el propio movimiento.

 

Si aplicamos el concepto de biotensegridad a la dinámica corporal, a su realidad de continuidad total, no podemos apartar la mirada ante la evidencia de la organización fascial a todos los niveles: superficial, profundo e interno (nivel visceral). Obviarlo supone no querer aceptar la realidad tridimensional de nuestra estructura, la realidad tridimensional del movimiento, afincarnos en la comodidad de teorías aprendidas de origen renacentista, desarrolladas cuando las mentes dibujaban en 2D.

 

El Profesor de la Universidad de Harvard, Donald Ingberg en sus publicaciones  (Ingber, 2010; Sultan, Stamenović e Ingber, 2004) nos muestra como a nivel microscópico, la organización de la matriz extracelular (MEC) hace que la transmisión de fuerzas y tensiones llegue hasta el citoesqueleto de las células. Esto nos hace tener en cuenta el que toda fuerza mecánica que tiene lugar en nuestro organismo, se traduce en un proceso bioquímico, es decir que: cada gesto, cada movimiento, cada estímulo, cada sentimiento, cada acción mecánica o la simple y terrible “inacción” llegará hasta lo más profundo de nuestro ser, a cada unidad funcional de nuestro organismo, la Célula, desencadenando un cambio mediante el proceso de mecanotransducción.

 

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Junto con la fascia, el tejido conectivo hace que los huesos conecten y funcionen correctamente, hasta el punto de que algunos autores definan la cápsula articular como una fascia especializada, creada a partir de la demanda mecánica multidireccional a la que se ven sometidos los tejidos de la zona y que consigue mediante este formato, aportar conexión y permitir la movilidad.

 

Reflexionando a partir de las ideas expuestas en este post sobre la MEC y su importante papel en la dinámica en constante cambio, adaptación y remodelación de los tejidos, es importante que cuando llevemos a cabo un trabajo de liberación miofascial,  independientemente de si es antes o después de entrenar o pasear, independientemente de si buscamos una mejora del ROM, preparar/activar una zona o evitar la fatiga, tenemos que recordar que el entramado fascial no es tan solo miofascial, sino un órgano “tensotivomotor” (tensional – sensitivo – motor) implicado en los procesos microscópicos y macroscopicos del movimiento y de la vida.

 

 

Bibliografía:

Alberts, B., Johnson, A., Lewis, J., Morgan, D., Raff, M., Roberts, K., Walter, P (2015) Molecular biology of the cell. 6th ed. Ed. Garland Science.

Carlson, B.M. (2009) Embriología humana y Biología del desarrollo 4ºed Ed Elsevier.

Gartner L.P., Hiatt, J.L. (2011) Histología Básica. 1ª ed. Ed Elsevier.

Gartner L.P., Hiatt, J.L. (2014) Color Atlas and Text of Histology. 6ª ed. Wolters Kluwer Health.

Heartney, E. (2009) Kenneth Snelson: forces made visible. Massachusetts, Hard Press Editions.

Ingber, D. E (2010) From Cellular Mechanotransduction to Biologically Inspired Engineering. Annals of Biomedical Engineering, 38 (3), p. 1148-1161.

Juan, S.H., Tur, J.M.M. (2008) Tensegrity frameworks: static analysis review. Mechanism and Machine Theory 43, pp.859-81.

Mecham, R.P. (2011) The Extracellular Matrix: an Overview. Ed. Springer

Myers, T. W. (2015) Vias Anatómicas: Meridinos miofasciales para terapeutas manuales y del movimiento. 3ª ed Ed. Elsevier.

Oschman, J. (2000) Energy medicine. Edinburgh: Churchill Livingstone.

Scarr, G. (2014) Biotensegrity. The Structural Basis of Life. Handspring Publishing.

Skelton, R.E. y de Oliveira, M.C., Tensegrity Systems. Ed. Springer.

Standring, S. (2008) Gray’s anatomy. 40th ed Edinburgh: Churchill Livingstone.

Sultan, C., Stamenović, D., Ingber, D. E., (2004). A Computational Tensegrity Model Predicts Dynamic Rheological Behaviors in Living Cells. Annals of Biomedical Engineering, 32 (4), p. 520-530.

Thibodeau, G. A., Patton, K. T. (2007). Anatomía y fisiología. Ed. Elsevier.

Tortora, G. J., Derrickson, B. H., 2011. Principles Of Anatomy And Physiology (Tortora, Principles of Anatomy and Physiology). 13th ed. ed. Hoboken,NJ: Wiley.

Fascia toracolumbar: conexión fibro-aponeurótico-fascial que aumenta la estabilidad lumbar

En el dorso encontramos dos grupos principales de músculos: los encargados del movimiento, conocidos como músculos extrínsecos del dorso, son los que habitualmente se clasifican como músculos superficiales e intermedios y que guardan relación con los miembros superiores y la respiración; a nivel profundo, se localizan los conocidos como músculos intrínsecos encargados de mantener la postura y controlar los movimientos de la columna vertebral propiamente dicha (Agur y Grant, 2011; Bogduk, 2005; Clemente, 2011; Drake, 2015; Schünke, Schulte, Schumacher, Voll y Wesker, 2010).

 

Centrándonos en la columna lumbar y para simplificar la descripción de la organización del sistema muscular en esta región, utilizaremos una clasificación funcional de los grupos musculares encargados de dar soporte y estabilidad: los músculos extensores, los flexores, los flexores laterales y los rotadores. Independientemente de su localización, diversos músculos forman el complejo estabilizador activo de la espalda baja, como por ejemplo: los músculos del canal transversoespinoso (erector spinae) , la musculatura anterior de la columna (grupo femoroespinal: psoas e iliaco) y los músculos abdominales (grupo iliotorácico: músculos anchos del abdomen) (Dufour, 2004; Kapandji, 2012).

 

Conectando todas esas estructuras encontramos la fascia toracolumbar (FTL) que, está formada por tres láminas (anterior, media y posterior), dos de las cuales, la  lámina media y la posterior, encuentran inserción tanto en los procesos transversos como espinosos de las vértebras lumbares, rodeando a la musculatura epiaxial, creándose un rafe que servirá de anclaje para las aponeurosis de los músculos abdominales anterolaterales: oblicuo externo (OE), oblicuo interno (OI) y transverso del abdomen (TrA) (Willard, Vleeming, Schuenke, Danneels y Schleip, 2012).

 

La contracción de los músculos relacionados con este complejo fibro-aponeurotico-fascial detalladamente descrito y documentado por Willard et al. (2012) aumenta la tensión fascial, permitendo un aumento la estabilidad raquídea. Esta idea ya fue descrita por Poterfield y De Rosa (1998) para la contracción del cuadriceps que resulta en un engrosamiento del músculo con el consecuente efecto “empuje” sobre las paredes de la fascia lata que lo envuelve creando un aumento en la tensión de los tejidos fasciales que contribuyen a la estabilidad de rodilla, cadera y columna lumbar. Según Bogduk (2005) la FTL puede potencialmente causar dolor e inestabilidad, y de acuerdo con Heredia, Peña, Da Silva e Isidro (2015), hay suficiente literatura para sostener el papel funcional, desde una perspectiva biomecánica y también fisiológica de las fascias lumbares en el control segmentario en los tres planos de movimiento, la propiocepción, la generación de tensión y mejora de la eficiencia de la contracción muscular paravertebral, transferencia de fuerza y protección de la articulación sacroilicaca, entre otros.

 

 

Bibliografía:

 

Agur, A. M. R.; Grant, J. C. B. (2011). Grant’s Atlas Of Anatomy. (13th ed). Ed. Philadelphia: Wolters Kluwer Health/Lippincott Williams & Wilkins.

 

Bogduk, N. (2005). Clinical Anatomy of the Lumbar Spine and Sacrum. 4th ed. Elsevier; London, UK.

 

Clemente, C. D. (2011). Anatomy: a regional atlas of the human body. (6th ed.) Ed. Philadelphia: Wolters Kluwer/Lippincott Williams & Wilkins Health.

 

Drake, R. L. (2015). Gray’s Anatomy For Students. 3rd ed. Elsevier; Philadelphia; Churchill Livingstone.

 

Dufour, M. (2004) Anatomía del Aparato Locomotor. Tomo 3. Cabeza y tronco : Osteología, artrología, miología, aparato fibroso, neurología, angiología, morfotopografía. Masson.

 

Kapandji, A. I. (2012).  Fisiología Articular, Tomo 3: Tronco y raquis. 6ª Ed. Panamericana.

 

Porterfield J.A.; DeRosa C. (1998) Mechanical low back pain. Perspectives in functional anatomy. Philadelphia, PA:WB Saunders.

 

Schünke, M.; Schulte, E.; Schumacher, U.; Voll, M.; Wesker, K. (2010) Prometheus. Texto y Atlas de Anatomía. 2ª ed. Ed. Médica Panamericana.

 

Willard, F. H.; Vleeming, A.; Schünke, M. D.; Danneels, L.; Schleip, R. (2012). The thoracolumbar fascia: anatomy, function and clinical considerations. Journal of Anatomy, 221(6), 507–536.

 

Heredia, J.R.; Peña, G.; Da Silva, M.; Isidro, F. (2015) La Fascia Toraco-Lumbar: descripción y rol en la estabilización del core [Mensaje en un Blog]. Recuperado de http://g-se.com/es/salud-y-fitness/blog/la-fascia-toraco-lumbar-descripcion-y-rol-en-la-estabilizacion-del-core

 

Fibroblastos, miofibroblastos y capacidad contráctil de la fascia

La naturaleza y morfología dendrítica de los fibroblastos les permite cambiar de forma y desplazarse por la red fascial como respuesta a los cambios de tensión en el tejido.

Las fuerzas mecánicas pueden influencia a los fibroblastos,  de forma que estos modifiquen sus propiedades físicas y químicas como resultado de pequeñas perturbaciones en el organismo (leamos aquí desequilibrios funcionales, no solo estructurales, que alejan al cuerpo humano de un estado de equilibrio u homeostasis). Esto supone cambios en la composición de la fascia en cualquier momento, cambios en el sistema fibroso dependientes del estrés al que le someta la persona a lo largo de la vida.

Hay que resaltar aquí la existencia de un tipo especial de fibrocitos, más conocidos como miofibroblastos que tienen la capacidad de cambiar para poder unirse así a la red fascial, o mejor dicho miofascial. Gracias a las integrinas (glicoproteínas que conecta el citoesqueletio de la célula a la matriz extracelular) son capaces de contraerse (a ritmo LENTO, como lo hace el músculo liso) y por ende, siempre que se den las condiciones adecuadas la fascia se contrae con las consecuentes restricciones asociadas.

Como os indicamos en este post sobre la plasticidad de la fascia:

“La viscoelasticidad de los tejidos blandos, y por ende las propiedades viscoelásticas de la fascia conllevan una serie de cambios que podemos apreciar tanto a nivel global (llamémoslo efectos macroscópicos), como local (entendamos aquí efectos microscópicos).”

La plasticidad de los tejidos, concretamente de nuestro sistema fibroso, permite un cambio en la consistencia de la sustancia amorfa de la matriz extracelular. Hablamos aquí de estímulos que hacen que la MEC se hidrate, es decir, que cambie su consistencia de un estado sólido gelatinoso a uno más fluido…”

Plasticidad fascial

Teniendo en cuenta que la vida media de las fibras de colágeno es de 400-500 días mientras que la de la sustancia amorfa es de aproximadamente 48 – 196 horas (2-8 dias), la constancia en la aplicación de los estímulos sobre nuestra red fascial es la respuesta a por qué la práctica regular de las técnicas de liberación miofascial funcionan tanto en el rendimiento del deportista o ama de casa como en la prevención de lesiones, regeneración de tejidos y recuperación funcional de la persona.

Postura, respiración y pH…

Hoy en día vivimos clavados en nuestros asientos, esclavos del teclado y sometidos a unos niveles de estrés cada vez más grandes. Este estado nos “hunde” sobre el compartimento abdominal, donde encontramos un asiento visceral muy cómodo para pasar horas y horas. Nos adaptamos, nos acomodamos, y no somos conscientes de los efectos fisiológicos y estructurales que esto supone.

Un hundimiento de la caja torácica va acompañado de una una respiración torácica alta, corta y acelerada, que aumenta la oxigenación y por lo tanto una alcalosis respiratoria debida a un estado de hiperventilación constante.

Un pequeño cambio en el pH (de 7,4 a 7,5) genera grandes desequilibrios como espasmos y dolores musculares (prepara el terreno para la aparición de puntos gatillo en cuello y hombros), o la aparición de infecciones de orina o irritación de las vías respiratorias

Este tipo de respiración alterada supone no utilizar de forma correcta el diafragma (contracciones cortas y rápidas) que  lo debilita y la musculatura intercostal junto con los músculos accesorios de la respiración aumentan su tonicidad lo que nos encierra en un círculo vicioso en el que es necesario recordarle al organismo cómo RESPIRAR.

Continuará….

 

Hasta la próxima entrada 😉

 

Respiración: anatomía fascial, fisiología y presiones para una ventilación funcional

La respiración sirve para sobrevivir, puede modificar el tono, regular el PH, está relacionada con los sentimientos, está involucrada en la voz, modifica los estados de placer y dolor

 

Si hablamos de respiración tenemos que a diferenciar entre la llamada “respiración bulbar”, una respiración totalmente espontánea, regulada por las variaciones de concentración de los gases del cuerpo (PO2 / PCO2) de tal forma que cuando se se incrementan los valores de PCO2, los quimioreceptores solicitan de forma refleja una inspiración. Cuando solicitamos de forma voluntaria (mediante técnicas corporales que nos ayudan a trabajarlo) una respiración e concreto (voluntario y consciente) hablamos de una “respiración cortical”.

 

La unidad funcional del aparato respiratorio recibe el nombre de ácino respiratorio y la constituye la unidad fisiológica de alveolos y capilares alveolares.

 

Funcionalmente la respiración no acaba en la caja torácica, sino que continua con el abdomen y llega hasta la pelvis. Las relaciones fasciales en el compartimento torácico y su continuidad hacia el cuello, el compartimento abdominal y la pelvis aportan claridad para la comprensión tanto de los procesos fisiológicos como de los cambios y adaptaciones que ocurren durante la respiración normal.

 

Antes de abordar este interesante tema de fascia y respiración considero necesario hacer un pequeño recuerdo anatómico y fisiológico dado que la ventilación pulmonar es el resultado de la interacción entre gradientes de presión, fuerzas mecánicas y las propiedades elásticas de los elementos que constituyen el aparato respiratorio.

 

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La ventilación pulmonar es el resultado de la interacción entre gradientes de presión, fuerzas mecánicas y las propiedades elásticas de los elementos que constituyen el aparato respiratorio.

 

Gradientes de presión en la respiración:

 

El término gradiente de presión hace referencia a la diferencia de presión entre dos puntos y en el caso del aparto respiratorio, el gradiente se crea gracias a los movimientos de la caja torácica y el diafragma.

 

El aumento de volumen en el interior del tórax creado durante la inspiración supone una disminución de la presión en el interior de los alveolos (presión alveolar), haciendo posible la entrada de aire a través de las vías aéreas. A esto se le suma la tendencia de la caja torácica a expandirse y de los pulmones a colapsar:

 

  • Por un lado la caja torácica debido a la forma de las costillas, el diafragma y la organización miofascial de los elementos hipaxiales tira hacia el exterior ejerciendo presión negativa (con respecto a la atmosférica) en el compartimento torácico, creándose el flujo de aire del exterior hacia el interior.

 

  • Por otro el que la presión en el interior de la cavidad pleural (presión pleural) es negativa debido a la aspiración continua del exceso de líquido hacia los conductos linfáticos entre la pleura visceral y la pleura parietal, que contrarresta la tendencia de los pulmones a encogerse y ocupar el mínimo espacio, evitando así el colapso de los mismos.

 

Esto pone sobre la mesa el concepto de retracción elástica del sistema respiratorio basado en las diferencias de presiones e íntimamente relacionado con la presión pleural.

 

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Para que haya inspiración la presión de retracción debe ser negativa [presión alveolar (-) – presión pleural (- – -) – presión atmosférica (+) < 0]. Al final de la inspiración con el aire que ha llegado hasta los alveolos esa presión es positiva [presión alveolar (+++) – presión pleura (-) – presión atmosférica(+) >0] (Ver imagen más abajo).

 

Durante una respiración normal (relajada), con la simple relajación de los músculos inspiratorios la presión alveolar se eleva por encima de la presión atmosférica con la consecuente salida del flujo de aire hasta que presión alveolar y presión atmosférica se igualen.

 

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Para una espiración activa tendremos que puntualizar que es la contracción de la musculatura intercostal y abdominal encargada de apoyar el proceso de espiración la que comprimiendo las vísceras en sentido ascendente, empujará al diafragma hacia craneal para crear la presión positiva, llegando a ejercer una compresión dinámica de las vías respiratorias.

 

Fuerzas mecánicas en la respiración:

 

Los movimientos de la caja torácica y el diafragma ayudan a crear el gradiente de presión necesario para la ventilación pulmonar. Para ello, la caja torácica es a la vez rígida y flexible: rígida para cumplir con su rol de protección de órganos vitales y servir de punto de anclaje a diferentes músculos; y flexible para ayudar con sus movimientos al gesto respiratorio.

 

Los movimientos de la caja torácica y el diafragma ayudan a crear el gradiente de presión necesario para la ventilación pulmonar. Para ello, la caja torácica es a la vez rígida y flexible: rígida para cumplir con su rol de protección de órganos vitales y servir de punto de anclaje a diferentes músculos; y flexible para ayudar con sus movimientos al gesto respiratorio.

 

Anatómicamente la estructura de la caja torácica presenta una serie de elementos y características que le aportan tensión elástica:

 

  • Forma de cono con abertura superior para la comunicación con el cuello y las extremidades superiores y abertura inferior donde se localiza el diafragma.

 

  • Unos componentes óseos cuya morfología está íntimamente relacionada con la función respiratoria, de tal forma que cualquier problema o desequilibrio funcional en las  más de 100 articulaciones que los relacionan va a afectar a la respiración (104 articulaciones para ser exactos a destacar: 12 articulaciones intervertebrales, 24 articulaciones costovertebrales, 24 articulaciones costotransversas, 20 articulaciones costocondrales, 14 articulaciones esternocostales, 6 articulaciones intercondrales, 1 articulación manubrioesternal, 1 articulación xifoesternal y 2 articulaciones esternoclaviculares).

 

  • Los tejidos conectivos asociados como ligamentos, cápsulas articulares y fascias en los que pueden aparecer dominancias y/o competitividad en la búsqueda de la autoestabilización junto con los patrones restrictivos asociados.

 

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CONTINENTE TORAX:

 

  • Costillas
  • Esternón
  • Vértebras torácicas
  • Músculos intercostales
  • Músculo transverso del tórax
  • Diafragma
  • Fascia endotorácica

 

CONTENIDO TORAX:

 

  • Pulmones
  • Corazón y mediastino

 

CONTINENTE ABDOMEN:

 

  • Diafragma
  • Parte baja de las caja torácica.
  • Vértebras lumbares.
  • Pelvis (mayor y menor).
  • Músculos abdominales.
  • Suelo pélvico.

 

CONTENIDO ABDOMEN:

 

  • Hígado, estómago, páncreas, bazo, riñones.
  • Intestino delgado (duodeno, yeyuno, íleon)
  • Intestino grueso (colon ascendente, transverso, descendente).
  • Vísceras de la pelvis menor.

 

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Cuando estamos relajados, la inspiración es un proceso activo mientras que la espiración es un proceso pasivo resultado de la retracción pasiva de los pulmones fruto de las propiedades elásticas de la caja torácica y los pulmones. El principal músculo respiratorio es el diafragma, y su acción se caracteriza porque al contraerse sus cúpulas descienden, agrandando el espacio de la caja torácica. Este aumento de volumen en el interior del tórax supone una disminución de la presión en el interior de los alveolos haciendo posible el flujo de aire a través de las vías aéreas.

 

Cuando nos movemos, nuestra respiración debe adaptarase, cambiando el ritmo y el volumen de aire que entra en los pulmones para poder responder a las demandas fisiológicas propias del ejercicio. La ventilación se vuelve más activa, implicando por un lado a los músculos intercostales externos, los  escalenos, el  pectoral menor  y los esternocleidomastoideos encargados de elevar las costillas y expandir el tórax durante la inspiración y a los intercostales internos junto con los músculos abdominales que descenderán las costillas ayudando así al vaciado del aire contenido en los pulmones durante la espiración.

 

Propiedades elásticas del aparato respiratorio:

 

Pulmones y caja torácica son elásticos. Esto quiere decir que tras estirarse, tiene la capacidad de retraerse de forma pasiva. El pulmón es un órgano distensible que en situación basal tenderá a colapsar pero que gracias a la presión negativa en el interior del  espacio pleural se mantiene unido al tórax y a la fascia endotorácica.

 

Hablar de pleura es hablar de fascia visceral, sus relaciones con la fascia endotorácica, fascia del diafragma y mediastino que permiten la movilidad y motilidad de unos órganos vitales como los pulmones.

 

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Los pulmones están adheridos a la pleura y a su vez el corazón está adherido a la pleura. La pleura se adhiere a las últimas vértebras cervicales y a las primeras torácicas mediante los ligamentos costopleurales, transversopleurales y vertebropleurales que conectan fascialmente la cúpula pleural al esqueleto axial quedando así suspendida. A su vez la caja torácica está suspendida de las vértebras cervicales mediante la conexión miofascial que le aportan los músculos escalenos,  y la continuidad de la fascia endotorácica a nivel dorsal con la fascia profunda del cuello y en su porción ventral con la fascia media del cuello. El diafragma conecta fascialmente con las vértebras torácicas a través del mediastino y la membrana broncopericárdica.

 

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Las vísceras abdominales localizadas en la parte alta de la cavidad abdominal están protegidas por parte de la caja torácica que es más flexible. Debemos tener en cuenta que las vísceras abdominales están envueltas por el peritoneo y suspendidas del diafragma. Por lo tanto, la masa visceral abdominal está totalmente suspendida de la caja torácica. Esta es una misión muy importante y muchas veces desatendida de la caja torácica. Es por esto último indispensable tener una caja torácica que no busque apoyo en el compartimento abdominal y que sea capaz de llevar a cabo las funciones de la respiración y suspensión visceral.

 

Volviendo sobre las presiones recordemos que la diferencia de presiones entre el compartimento abdominal y el torácico es muy importante para ayudar a mantener las vísceras en su sitio.

 

¿Cómo funciona este mecanismo?

 

Es muy sencillo. La diferencia de presiones supradiafragmática (compartimento torácico – parte superior de la imagen, sin colorear) e infradiafragmática (compartimento abdominal – parte inferior de la imagen coloreada en verde) genera una atracción de las vísceras abdominales hacia la cavidad torácica (flechas amarillas).

 

Hay dos mecanismos que podemos destacar como elementos pasivos de suspensión visceral:

 

1) La bolsa peritoneal (la serosa que envuelve a las vísceras del abdomen y permite que estas se muevan las unas con respecto a las otras) está suspendida del diafragma y con cada respiración (cuando soltamos el aire) tira de esta membrana hacia arriba luchando contra la gravedad para mantener las vísceras en su sitio.

 

2) Ptorácica < Pabdominal. La diferencia de presiones entre el compartimento abdominal y el torácico genera una atracción de las vísceras abdominales hacia el compartimento torácico.

 

Esto nos explica el mecanismo principal de métodos conocidos como Perine y Movimiento de Blandine Calais-Germain o los Hipopresivos que desde dinámicas de trabajo diferentes buscan un efecto de succión y suspensión de las vísceras abdomino-pélvicas.

 

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¿Qué caracteriza a estos dos métodos…?: UNA RECUPERACIÓN DE LA APERTURA COSTAL, NECESARIA PARA REEQUILIBRAR LAS PRESIONES INTERNAS Y FAVORECER EL CORRECTO FUNCIONAMIENTO Y CONVIVENCIA ENTRE CONTINENTE Y CONTENIDO DE LOS ESPACIOS ABDOMINAL Y TORÁCICO.

 

La suspensión visceral no es cuestión de métodos sino de principios de anatomía y fisiología. Descubre su funcionamiento desde el interior con este vídeo es sobre diafragma, peritoneo y suspensión visceral

 

Diafragma, peritoneo y suspensión visceral

 

¿Quién nos iba a decir que la química de 7º de EGB nos iba a servir para entender el por qué de los prolapsos y la incontinencia…?

 

Hasta la próxima entrega 😉

 

Dolor de espalda, desarrollo motor y los reflejos primitivos o de desarrollo no inhibidos

El título Dolor de espalda, desarrollo motor y su relación con los reflejos primitivos o de desarrollo no inhibidos podríamos expresarlo también como: “Espejito, espejito…, dime que puede pasar si te miro tanto durante el entrenamiento”.

Como entrenador, reconozco que disponer de un espejo en la sala es una herramienta muy útil para las correcciones durante una sesión de entrenamiento, pero cuando realizamos ciertos ejercicios es mejor olvidarlo, o las consecuencias a largo plazo pueden ser contraproducentes. Por ejemplo, durante la ejecución de las sentadillas y/o los fondos de brazos, es muy habitual ver alumnos mirándose en el espejo durante todo el recorrido generando al mismo tiempo una hiperextensión cervical que se reproduce con cada repetición. Si preguntamos por qué, puede que nos respondan que es: “para ver mi cuerpo en el espejo”, “porque yo lo valgo”, “porque así estoy más recto”, entre otras. Irónicamente podríamos decir que cada una de esas repeticiones es un boleto para la rifa de una hernia cervical y esos boletos para la rifa los compramos por narcisismo el gesto lo realizamos por la necesidad de reafirmar la belleza de nuestras formas…

Muchas veces informar sobre las posibles consecuencias y una indicación que ayude a colocar la zona cervical en posición neutra o con una ligera extensión (según la persona, el ejercicio y la carga), será más que suficiente, pero cuando este gesto persiste incluso si no hay espejo o cristal en el que mirarse, es el momento de plantearnos si nos encontramos ante un reflejo primitivo o de desarrollo que no se ha inhibido y que persiste en la edad adulta.

Cuando este gesto persiste incluso si no hay espejo debemos plantearnos si nos encontramos ante un reflejo primitivo o de desarrollo que no se ha inhibido […] Aquellas personas que muestran este reflejo en la edad adulta suelen padecer los problemas derivados de la hipotonía como mala postura, dolor de espalda a nivel lumbar y cervical y contracturas en la zona de los trapecios, problemas de lateralidad, y un pobre desarrollo motor.

Os hablo del reflejo cervical tónico simétrico, un reflejo de transición que aparece una vez que se han integrado los reflejos tónico laberíntico y tónico asimétrico del cuello  y que ayuda al bebé retando a la gravedad en su búsqueda de la posición erguida para que pase de estar tumbado a la posición de gateo. ¿Cómo lo consigue?, muy sencillo, lo descrito antes es posible gracias a que en esa etapa del desarrollo el movimiento de la cabeza está automáticamente ligado al movimiento de los brazos y piernas, de tal forma que cuando hay una hiperextensión cervical se produce una extensión de los brazos y una flexión de las rodillas y caderas por inhibición de la musculaturaa extensora de las piernas,  mientras que cuando se realiza una flexión cervical, se flexionan los brazos y las piernas se extienden.

Aquellas personas que muestran este reflejo en la edad adulta suelen padecer los problemas derivados de la hipotonía como mala postura, dolor de espalda a nivel lumbar y cervical y contracturas en la zona de los trapecios, problemas de lateralidad, y un pobre desarrollo motor.

Si observamos alguno de estos indicadores, podemos hacer una sencilla prueba que nos ayudará a decidir si integrar o no algunos ejercicios para la integración de este reflejo, lo que permitirá a nuestro alumno:

  1. Independizar los movimientos de la cabeza con respecto a la posición de las extremidades para lograr un movimiento más seguro y eficaz.
  2. Desarrollar los movimientos contralaterales.
  3. Mejorar la posición sentada.
  4. Mejorar la coordinación de los sistemas vestibular y proprioceptivo (sin dejar de lado el visual).

En cuadrupedia, pedimos al alumno que realice una flexo-extensión de la región cervical típica:

  • Si al hacer la hiperextensión cervical los brazos se estiran y hay una flexión de rodillas y caderas haciendo que se siente sobre los pies.
  • Si al realizar la flexion cervical, los brazos se flexionan a la vez que caderas y rodillas se extienden.

Los movimientos o gestos que propongamos deben ir enfocados al trabajo de las reacciones posturales que se definen como el conjunto de estructuras anatomofuncionales dirigidas a mantener las relaciones del cuerpo con respecto al espacio y a procurar posiciones que permitan una actividad útil para poder abordar después los patrones de movimiento psicomotores (ya que interviene la voluntad) que son la unión de reacciones posturales que se presentan de la misma manera en todos los individuos.

¿Qué ejercicios ayudan a inhibir el reflejo cervical tónico simétrico?

  • Ejercicio del gato: En cuadrupedia manteniendo las curvas fisiológicas de la espalda y los codos ligeramente flexionados y la mirada hacia el suelo, entre las manos. Mover la cabeza flexionando la columna cervical a la vez que se flexional la columna torácica (“redondeando la espalda”) evitando tanto el movimiento de brazos y piernas como el balanceo del cuerpo adelante o atrás. Mover entonces la cabeza hacia la extensión cervical y acompañar con la región torácica y lumbar que también se extienden evitando tanto el movimiento de brazos y piernas como el balanceo del cuerpo adelante o atrás.

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  • Balancearse en cuadrupedia: En cuadrupedia manteniendo las curvas fisiológicas de la espalda y los codos ligeramente flexionados y la mirada hacia el suelo, entre las manos. Flexional caderas y rodillas llevando los glúteos hacia los talones. Podemos incorporar el seguimiento ocular colocando un objeto en el suelo (pelota o similar), que se realizará sin mover la cabeza. Es importante que al volver a la posición inicial se siga controlando la posición neutra del cuello-cabeza y la posición de codos ligeramente flexioandos.

Kneeling rock back (Lee & Lee , 2004)

Recuerda que en el desarrollo humano, antes de que aparezcan los patrones de movimiento, están las reacciones posturales junto con los reflejos primitivos y reflejos de transición que, si no se inhiben el momento adecuado, acarrearán problemas no solo de postura y movimiento, dolor y tensión, sino problemas asociados al aprendizaje, comprensión y motricidad.

Una correcta liberación miofascial supone entender la bioquímica, la arquitectura y la anatomía del tejido conectivo

La liberación miofascial esta de moda, y todo trabajo con materiales que implique a la fascia profunda, ha pasado al primer plano, muchas veces (si no en la mayoría…) sin entender la bioquímica, la arquitectura ni la anatomía de un tejido tan extenso como complejo, el tejido conectivo
Seré crítico, porque nos lanzamos a la búsqueda de resultados, guiados por el ansia de cuantificar sin comprender los medios por los que se debe trabajar con el sistema fascial, haciendo énfasis en que todo trabajo de liberación miofascial se aleja de la presión, de la compresión, buscando el deslizamiento, el arrastre, porque no es lo mismo, y si lo que buscamos son resultados, debemos ser exactos, correctos y tener conocimientos de lo que estamos haciendo.

Nos lanzamos a la búsqueda de resultados, guiados por el ansia de cuantificar sin comprender los medios por los que se debe trabajar con el sistema fascial, haciendo énfasis en que todo trabajo de liberación miofascial se aleja de la presión, de la compresión, buscando el deslizamiento, el arrastre.

Por otro lado, el trabajo fascial no es doloroso, sino agradable. Una vez más nos enfrentamos a los mitos, en este caso la idea de aquellos que piensan que el cuanto más duele, más eficaz. Ideas falsas fruto del desconocimiento, de la subjetividad, de la pereza por aprender y el negarse a aceptar la realidad anatómica, fisiológica y química de nuestros tejidos, de nuestro cuerpo. La liberación miofascial no es cuestión de fuerza.

El trabajo fascial no es doloroso, sino agradable. […] La liberación miofascial no es cuestión de fuerza.

La liberación miofascial es un concepto global, orgánico, vital, dado que cualquier restricción, sea a nivel microscópico o macrsocopico influirá en la dinámica de los fluidos corporales, el la perfusión a los órganos y células que los constituyen (recordemos que el músculo es un órgano), alterando su función, ya sea el movimiento o la oxigenación, el filtrado o la expulsión de residuos. 
Hablamos siempre de adherencias para referirnos a la reorganización de las fibras de colágeno que se origina ante una lesión, el desuso, sobreuso, el envejecimiento, pero como van mostrando los estudios podemos referirnos a ellas de forma más acertada utilizando el término acuñado por Stecco & Stecco “densificaciones” del tejido conectivo areolar que aparecen entre los planos densos y gruesos.
Debemos tener en cuenta que el entramado de tejido conectivo podrá cambiar en cantidad y tipo de fibras que lo componen, en densidad de la sustancia amorfa que las acompaña e incluso en la orientación de las fibras que forman el entramado de la matriz viva, caótica pero de organización perfecta en la que viven y se desplazan las células. 
Independientemente de esos cambios de composición (tengamos en cuenta que como materia viva, el concepto de cambio es algo a tener mas que presente, algo constante, panta rhei…) el cuerpo, como estructura biotensegrica necesita una tensión constante, que se disipe y se transfiera de una parte a otra sin restricciones (aquí es donde el trabajo de liberación miofascial juega un papel clave), del exterior hacia el interior y del interior hacia el exterior, de lo macroscopico a lo microscópico, del organismo a cada célula, que siente y recibe información a través del sistema de comunicación más antiguo y primitivo, tensión y compresión, binomio presente en la red fascial, ubicuo en el cuerpo humano. 

Primero aprender para después hacer, buscando siempre entender…

Un viaje por geografía anatómica de la membrana serosa que recubre la cavidad abdominopélvica y envuelve las vísceras: el peritoneo. St Andrews Intensive Dissection Workshop 2015

El viaje llegaba a su fin. Ayer fue para mi el último día en el laboratorio, y ¡qué mejor proyecto que embarcarme en un paseo por geografía anatómica de una membrana serosa, continua y envolvente como el peritoneo!.

 

Para poder trabajar en esta zona con total libertad, nos enfrentamos a otra situación de divide et impera que nos permitió obtener la imagen de William vascular-visceral y William estructural-neural

Divididos en dos mesas, Oliver se centró en las estructuras craneales mientras que la otra mesa el continuum en el contenido de la cavidad abdominopélvica acaparaba nuestra atención. El peritoneo, esa membrana serosa formada por dos hojas continuas que recubren la cavidad abdominopélvica y envuelven a las vísceras, tapiza tanto la superficie interna como a ciertas vísceras, pudiendose dividir en peritoneo parietal y peritoneo visceral.

 

Lo primero fue sentir con las manos, dibujar ellas los movimientos que ocurren en las diferentes visceras e interpretar la relación de estas con la parte estructural. Los movimientos debían ser cuidadosos, lentos, dejando que las articulaciones viscerales nos indicaran la ruta a seguir. Era difícil no fijarse en su vascularización e inervación sabiendo que el peritoneo parietal es sensible a la presión, al dolor, al calor y al frío, como lo es también el peritoneo visceral y los órganos que recubre.

 

Lo primero fue sentir con las manos, dibujar ellas los movimientos que ocurren en las diferentes visceras e interpretar la relación de estas con la parte estructural. Los movimientos debían ser cuidadosos, lentos, dejando que las articulaciones viscerales nos indicaran la ruta.

 

Poco a poco las manos fueron profundizando entre los pliegues, suave, sin ser bruscos, hasta llegar al mesenterio, la estructura que acompaña a los elementos vasculares y nerviosos que comunican el órgano con la pared posterior del abdomen. Ahí estaban, la aorta y la vena cava, al otro lado de esta membrana que se continuaba hacia cada milímetro de intestino conteniendo vasos sanguíneos y linfáticos, nervios, grasa y nódulos linfáticos protegidos por tejido conectivo. Fascia est.

 

Siguiendo el peritoneo con ambas manos el laberinto de sus formas nos llevó hasta el omento mayor (epiplón mayor). Cuentan los libros de anatomía descriptiva que es un pliegue peritoneal grande, de cuatro capas, que cuelga como un delantal desde la curvatura mayor del estómago y la porción proximal del duodeno (Moore, 2013), pero mis manos solo fueron capaces de diferenciar dos con el material que disponíamos. Esto fue revelador y fascinante, poder “ser” omento mayor por un instante, interpretando el lenguaje braile visceral, el que cada órgano subyacente utiliza para responder ante los estímulos de estiramiento o los cambios químicos.

 

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Fue revelador y fascinante poder “ser” omento mayor por un instante, interpretando el lenguaje baile visceral, el que cada órgano subyacente utiliza para responder ante los estímulos de estiramiento o los cambios químicos.

 

Era el momento de tomar algunas referencias. Personalmente, me gusta localizar la arteria y la vena ileocólicas para seguir su recorrido hasta la arteria y vena mesentéricas superiores, buscar entonces la vena esplénica y dibujar entonces la vena mesentérica inferior en su camino hacia el colon descendente y sigmoide entrecruzándose con la arteria mesentérica inferior y sus ramificaciones.

 

Pasé tiempo, mucho más de lo que imaginaba con el duodeno, el páncreas, el bazo y sus relaciones vasculares y tisulares. Juntos forman un a Plaza Vascular y visceral entre L1 y L3 encargada de controlar y amortiguar los movimientos del diafragma a modo de cojín para el estómago que con su motilidad y peristaltismos inicia la comunicación con el páncreas para que comience la secreción exocrina del jugo pancreático en el duodeno; y la endocrina para que glucagón e insulina pasen a la sangre.

 

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Salí de mi abstracción cuando escuché la palabra duramater. Oliver tenía la membrana más exterior de las meninges intacta e in situ, ¡esto había que verlo!.

 

Gil guió entonces el avance por la aracnoides y la piamadre, hasta el cerebro, donde con detalle expuso cada una de sus partes, extendiéndose en el hipotálamo: la centralita que recibe información sobre el estado corporal para controlar la secreción de numerosas hormonas que controlan a su vez la secreción de la hipófisis.

 

Gil fue capaz de diferenciar y mostrarnos la glándula pituitaria (hipófisis). La pequeña glándula que se asienta en la silla turca (una cavidad horadada en la base del craneo, en el hueso esfenoides) y que se une al hipotálamo por el tallo hipofisario. Tenerla en mi mano hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo, me sentía insignificante y extremadamente sencillo ante la importancia de una estructura tan pequeña a la vista pero vital para el funcionamiento y homeostasis de nuestro organismo. Cada pieza es importante, y el más mínimo desequilibrio se percibe. Entonces, cuando quizás lo que se oye tan solo sean unas voces a lo lejos, se inician los procesos, los cambios, las adaptaciones… . Nada ocurre porque si en nuestro organismo, nada pasa sin una justificación, todo ha tenido un proceso, y los síntomas son la expresión física de las nuevas adaptaciones bioquímicas.

 

 Tener la glándula pituitaria en mi mano hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo, me sentía insignificante y extremadamente sencillo ante la importancia de una estructura tan pequeña a la vista pero vital para el funcionamiento y homeostasis de nuestro organismo.

 

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Cada pieza es importante, y el más mínimo desequilibrio se percibe. Entonces, cuando quizás lo que se oye tan solo sean unas voces a lo lejos, se inician los procesos, los cambios, las adaptaciones… .

 

El sonido de un timbre que pulsó Julian para llamar nuestra atención me recordó que mi tiempo en el laboratorio terminaba esa tarde, así que después de recoger y limpiar el material con el resto del grupo dediqué unos instantes para despedir a  William, Angelica, Mabel, John y Ozzie. Sin ellos no sabría lo que ahora se sobre el cuerpo humano y sobre mi mismo. Sus lecciones, son lecciones de vida. Ayer acababa un sueño, era imposible no ver el fin, pero como en todo proceso, ese fin no es un final, porque me iba empapado de recuerdos, de emociones, de vivencias inolvidables que seguirán iluminando mi vida como habría hecho William si yo fuera navegando y él estuviera en el faro, dando luz, guiando mi camino, guiando nuestro camino.

 

Son las cinco de la tarde, todavía en el avión, rodeado de historias, historias vivas, como la tuya o la mía. Eso me alegra, pero hoy no puedo evitar emocionarme y expresar esa emoción con lágrimas al pensar en las personas con las que he compartido cada momento, cada cena, cada respiro estos días y agradecerles cada segundo de vida que hemos compartido. No se encuentran personas así todos los días. Esta experiencia ha unido nuestras vidas.

Sin Ana, Oliver, Patricia y Ray ninguno de los proyectos que os he contado en este diario habría sido posible. Juntos éramos uno, 10 manos que han trabajado como un equipo perfectamente organizado, un organismo que ha trabajado, se ha apoyado, ha reído y ha llorado cuando ha sido necesario. El respeto y cariño que siento por ellos solo lo puedo describir con un abrazo y una mirada en la que hablar con lo mas profundo de mi alma.

 

Hoy no puedo evitar emocionarme y expresar esa emoción con lágrimas al pensar en las personas con las que he compartido cada momento, cada cena, cada respiro estos días y agradecerles cada segundo de vida que hemos compartido. No se encuentran personas así todos los días

 

Pero en este viaje no solo han estado ellos. Quienes me habéis acompañado al otro lado de la pantalla, viviendo y soñando conmigo también me habéis dado fuerza para seguir adelante en los momentos difíciles, cuando el cansancio y la tensión hacen que baje la atención. Gracias por estar ahí, por compartir cada enlace, por vuestros comentarios con los que me habéis hecho sonreír.

 

Y por último, gracias a ti, mi niña, mi vida, por regalarme cada noche tu mirada y tu sonrisa, la más bonita del sur. Por hablar cuando yo estaba callado, por escuchar cuando estaba hablador, por conocerme como me conoces y por estar siempre a mi lado.

 

Gracias a todos por estar ahí cada día con anatomía a las cinco.

 

Nos vemos en unas semanas. Ahora una pequeña pausa para volver de nuevo en septiembre con más anatomía, toda la fascia y mejor movimiento.

Pleura, respiración y cómo un transverso del abdomen hipertónico puede convertirse en un factor limitante para la dinámica pulmonar. St Andrews Intensive Dissection Workshop 2015

Nuestra exploración de ayer se adentró en el maravilloso mundo de las vísceras. Nos adentrábamos en un mundo que nos permitiría estar otros diez días más en el laboratorio y aun así no terminar. Eso es lo bonito, que nunca termina y la lección está en encontrar la satisfacción en lo incompleto, porque no hablamos de aprendizaje sino de proceso de aprendizaje.

Eso es lo bonito, que nunca termina y la lección está en encontrar la satisfacción en lo incompleto, porque no hablamos de aprendizaje sino de proceso de aprendizaje. Educación funcional…

Para proceso, el que Ana había seguido sobre los esponjosos pulmones de William, rosados, con algunos matices de gris carbono demarcando el territorio de los lóbulos. Ana tuvo la paciencia y el pulso para conseguir enseñarnos prácticamente la totalidad de la pleura. Mágico, como el brillo de sus ojos al ver su tarea contemplada, fue poder disfrutar del deslizamiento de pulmón y pleura, esta vez con las manos haciendo de caja torácica, sintiendo la fuerza del pulmón al vaciarse debido al elástico pulmonar. Gracias a Julian pudimos disfrutar de unas imágenes con una cámara de aumento. I F***ing Love Science!

 

Mágico, como el brillo de sus ojos al ver su tarea contemplada, fue poder disfrutar del deslizamiento de pulmón y pleura, esta vez con las manos haciendo de caja torácica , sintiendo la fuerza del pulmón al vaciarse debido al elástico pulmonar.

 

PLEURA

 

El principio de anatomía integral que habíamos seguido en nuestro grupo hasta entonces nos dejaría ver la continuidad de la pleura parietal con la fascia del diafragma y del músculo transverso del abdomen

Esta aproximación única a las membranas serosas de la cavidad torácica dejó a la vista el espacio costodiafragmatico posterior y el principio de anatomía integral que habíamos seguido en nuestro grupo hasta entonces nos dejaría ver la continuidad de la pleura parietal con la fascia del diafragma y del músculo transverso del abdomen (TrA). Viendo esto es fácil entender cómo el exceso de tono en el transverso del abdomen y los músculos abdominales anteriolaterales puede convertirse en un factor limitante para la dinámica pulmonar.

 

Si además pensamos de forma global y basados en la evidencia anatómica, aceptamos que el el término Core incluye a los músculos del suelo pélvico entre otros, lo mismo ocurrirá con un exceso de tono en esta musculatura. Espera, ¿suelo pélvico como factor limitante del patrón respiratorio?. Si, y si seguimos haciendo conexiones, obturador interno, glúteo máximo (GMax) y fascia toracolumbar… Bingo, acabamos de unir en una frase y de ver las conexiones en el laboratorio de anatomía de los trendictopics del momento y puede que de la década: #ThoracoLumbarFascia , #Glutes , #PelvicFloor , #Breathing

 

Acabamos de unir en una frase y de ver las conexiones en el laboratorio de anatomía de los trendingtopics del momento y puede que de la década: #FasciaToracoLumbar , #Glúteos , #SueloPélvico #Respiración.

 

Oliver y Ray llevaban toda la mañana callados, demasiados callados… . No era para menos, y es que estaban apunto de conseguir diferenciar las extremidades inferiores viscerales. Ahora podríamos trabajar con William visceral  y con William estructural, y solo nos quedan 2 días. Keep calm and dissect slowly.

 

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La tarde pasó volando con varias tareas.

La primera fue el trabajar con la musculatura suprahioidea y la lengua, liberándola de la mandíbula y el paladar blando. Después del trabajo del día anterior y una hora de trabajo la tarde de ayer, teníamos ante nosostros la imagen de una rosa en la que los músculos supraihoideos junto con la lengua y la epiglotis hacían de pétalos, la traquea el tallo y la musculatura infraihoidea las hojas del tallo. Qué mejor regalo anatómico podía hacernos hoy William que la flor de la voz y la expresión de las emociones. Este William está hecho todo un romántico.

 

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Teníamos ante nosostros la imagen de una rosa en la que los músculos supraihoideos junto con la lengua y la epiglotis hacían de pétalos, la traquea el tallo y la musculatura infraihoidea las hojas del tallo. Qué mejor regalo anatómico podía hacernos hoy William que la flor de la voz y la expresión de las emociones.

La segunda fue la toma de contacto con el compartimento abdominal. El abordaje a este espacio es siempre especial. Silencios, miradas, momentos de desorientación buscando referencias para volverse a ubicar, búsqueda de respuestas que quizás en William no podamos encontrar…

 

Es el momento de tomarse el tiempo que sea necesario para observar, relacionar, analizar y dejarse sorprender por cómo el yo visceral se adapta al yo estructural y viceversa, dos mundos sistemáticamente separados por el cerebro humano par  su estudio y análisis, pero que funcionan como un todo. Ante nosotros la fábrica  donde se lleva a cabo la química de la vida, la bioquímica para hacer posible que la fisiología de frutos funcionales. De hecho, parte de las vísceras de William se encontraban ligeramente desviadas hacia la derecha, como si compensaran el hecho de que su marcha se hubiera visto alterada por la prótesis de cadera.

 

Somos movimiento. El movimiento nos da forma y vida: moveo ergo sum

 

Nuestra joven y brillante compañera Sveva, con tan solo 23 años, nos dejó con la boca abierta compartiendo una infinitésima parte de su conocimiento en anatomía patológica. Cuando habló, fue como si se abriera el cielo con información valiosísima para entender parte de lo que podíamos ver y palpar.

 

A las cinco llovía, así que la tarde se presentó perfecta para empezar a hojear un libro que me recomendó Sveva y del que ahora ya solo me quedan 1460 hojas por leer 😉

Lectura Anatomía Patológica

Un abrazo desde las Tierras Bajas de Escocia y hasta mañana a la hora del té !