FASCIA: un órgano “tensotivomotor” implicado en los procesos micro y macroscopicos del movimiento y de la vida.

Las células y por lo tanto tejidos que forman, se adaptan, cambian de forma con cada movimiento y se adaptan a cada situación tanto estática como dinámica del organismo.

 

Sus propiedades dinámicas dependen de su arquitectura biológica y aquí hablamos de una organización tridimensional que debe su fuerza, resistencia y adaptabilidad a la transmisión de fuerzas a través de la red molecular más importante de nuestro organismo que, a su vez, encuentran el equilibrio gracias al principio de la biotensegridad…, la red fascial.

 

El Profesor de la Universidad de Harvard, Donald Ingberg en sus publicaciones nos muestra como a nivel microscópico, la organización de la matriz extracelular (MEC) hace que la transmisión de fuerzas y tensiones llegue hasta el citoesqueleto de las células. Esto nos hace tener en cuenta el que toda fuerza mecánica que tiene lugar en nuestro organismo, se traduce en un proceso bioquímico, es decir que: cada gesto, cada movimiento, cada estímulo, cada sentimiento, cada acción mecánica o la simple y terrible “inacción” llegará hasta lo más profundo de nuestro ser, a cada unidad funcional de nuestro organismo, la Célula, desencadenando un cambio mediante el proceso de mecanotransducción.

 

Cada gesto, cada movimiento, cada estímulo, cada sentimiento, cada acción mecánica o la simple y terrible “inacción” llegará hasta lo más profundo de nuestro ser, a cada unidad funcional de nuestro organismo, la Célula, desencadenando un cambio mediante el proceso de mecanotransducción.

 

Reflexionando a partir de los escritos de Ingber, es importante que cuando llevemos a cabo un trabajo de liberación miofascial,  independientemente de si es antes o después de entrenar o pasear, independientemente de si buscamos una mejora del ROM, preparar/activar una zona o evitar la fatiga, tenemos que recordar que el entramado fascial no es tan solo miofascial, sino un órgano “tensotivomotor” (tensional – sensitivo – motor) implicado en los procesos microscópicos y macroscopicos del movimiento y de la vida.

 

Recuerda que no es cuestión de hacer daño, sino de dialogar con tu organismo y llegar a un acuerdo de libertad de movimiento.

 

Recuerda que no es cuestión de hacer daño, sino de dialogar con tu organismo y llegar a un acuerdo de libertad de movimiento.

 

Bibliografía

 

Ingber, DonaldE., 2010. From Cellular Mechanotransduction to Biologically Inspired Engineering. Annals of Biomedical Engineering, 38 (3), p. 1148-1161.

 

Sultan, Cornel and Stamenović, Dimitrije and Ingber, DonaldE., 2004. A Computational Tensegrity Model Predicts Dynamic Rheological Behaviors in Living Cells. Annals of Biomedical Engineering, 32 (4), p. 520-530.

De las fascias podemos decir lo mismo que de las brujas.

De las fascias podemos decir lo mismo que de las brujas…: 
“No hay que creer que no existan; no hay que decir que no existen” 

Os invito a que experimentéis a integrar la visión global del movimiento que se puede lograr a través de la comprensión de la red de tejido conectivo, de la organización fascial y de la respuesta de la matriz viva de nuestro organismo a cada gesto.

Aunque cada vez contamos con más evidencia anatómica sobre las fascias, es cierto que aún queda mucho camino por recorrer para poder explicar sus verdades fisiológicas y poder responder a esas dudas que surgen ante ciertos trabajos de liberación y/o inducción fascial.

No hay que temer, no hay que crear un “compendium maleficarum” como aquel que Francesco Maria Guazzo escribiera allá por 1608 describiendo las ceremonias necesarias para poder participar en un “akelarre”.

Si buscamos paralelismos, podría ser una sesión de autoliberación miofascial solo o en grupo, llamémosla “mio-akelarre-fascial” (a poder ser en círculo dándonos la espalda y pasándo los materiales como pelotas, foam rollers, rodillos desentumecedores, y un largo etcétera, de derecha a izquierda para que se pareciera más, jeje).

Bromas aparte, son la incomprensión, el desconocimiento, y en definitiva el miedo quienes inician toda caza de brujas y esto hace que muchas personas, deportistas (profesionales, amateurs o gente fitness) de todas las edades no lo practiquen por el tan famoso: “qué dirán”.

Os invito a abrir los ojos para ver más allá, añadiendo esta forma de entender el movimiento a lo que ya existe y poder responder mejor a la realidad de cada individuo.