La fascia perirrenal puede ayudar a estabilizar la región lumbopélvica

Los riñones son órganos con funciones muy importantes para la homeostasis del organismo. Se encuentran en la pared posterior del abdomen, a los lados de la columna vertebral entre T12 y L3, en lo que se conoce como región retroperitoneal (es decir posterior al peritoneo).

 

Algunas de las funciones de los riñones van desde:

 

  1. Regular los niveles plasmáticos de iones sodio, potasio, calcio, cloruro y fosfato de la sangre (sin equilibrio iónico, no hay fiesta vital).
  2. Regular el pH sangíneo (acidosis/alcalosis).
  3. Regular el volumen plasmático y con ello la presión arterial (si aumenta el volumen plasmático, aumentará la presión arterial).
  4. Producción de hormonas.
  5. Regulación de la concentración de glucosa en sangre.
  6. Excreción.

 

La intención de esta publicación no es hablar de la fisiología renal, pero si de su anatomía fascial

 

Un órgano con funciones tan importantes para la homeostasis del organismo tiene que estar bien protegido, como entre algodones…

A nivel tisular, los riñones están cubiertos por tres láminas fibrosas: La más profunda es la cápsula fibrosa (es como la piel del riñón); la intermedia es una cápsula adiposa que rodea a la anterior y lo protege ante posibles impactos; y por último la más externa, la fascia renal, que conecta al riñón con las estructuras vecinas, permitiéndole moverse al son del diafragma.

 

Lo que más nos debe llamar la atención de la organización fascial  a nivel perirrenal, en el espacio retroperitoneal, son las conexiones. Igual que el dicho “donde hay mata hay patata”, del sistema fibroso podríamos decir: donde hay fascia, hay conexión.

 

En el cuerpo humano todo está conectado y nuestra tarea es interpretar esas conexiones y su relevancia tanto anatómica como clínica en relación, no solo con la motilidad visceral, sino con el movimiento y el ejercicio físico que tan importante es para la salud de la persona. ¡Qué mejor que hacer una lectura de esas relaciones en quienes se encargan de mantener el equilibrio interno!…

 

Vamos pues 😉

 

Se habla de core, de estabilidad lumbar, de abdominales, de sus fascias, de las conexiones con la fascia toracolumbar (FTL), del psoas, del cuadrado lumbar, incluso del diafragma, pero en ningún momento se habla del papel de los riñones y sus fascias como elementos involucrados en el soporte y transmisión de tensiones a nivel lumbar.

 

Antes comentábamos que los riñones se encuentran en la pared posterior del abdomen, a los lados de la columna vertebral entre T12 y L3, en lo que se conoce como región retroperitoneal (es decir posterior al peritoneo).

 

Dada su localización, la fascia renal se relaciona superior, posterior y lateralmente con el diafragma y la fascia transversalis, que en esa región conecta con las fascias del posas, cuadrado lumbar, transverso del abdomen (TrA), y la aponeurosis posterior del oblicuo interno. Estos nombres nos llevan directamente a las láminas anterior y media de la fascia lumbar, dos de las tres que forman la FTL y que tan importantes son cuando se habla a estabilidad y movimiento en la región lumbopélvica.

 

Cuando activamos nuestros mecanismos de control en la región lumbopélvica en busca de la estabilidad dinámica hay discrepancias sobre quién es el músculo que participa más, quién es el más importante, pero me gustaría añadir aquí que NO somos un cilindro vacío.

 

Si aplicamos el concepto de biotensegridad a la dinámica corporal, a su realidad de continuidad total, no podemos apartar la mirada ante la evidencia de la organización fascial a nivel interno, a nivel visceral. Obviarlo supone no querer aceptar la realidad tridimensional de nuestra estructura, la realidad tridimensional del movimiento, afincarnos en la comodidad de teorías aprendidas de origen renacentista, desarrolladas cuando las mentes dibujaban en 2D.

 

Hoy en día, si queremos avanzar tanto en el campo de la investigación como en el del movimiento hay que abrir la mente más allá de la visión 3D. Poco a poco integrar y descubrir la verdadera función de la fascia visceral como elemento que también participa en la dinámica del movimiento humano.

 

Feliz fin de semana!

 

Los “huesos respiratorios” van más allá de la caja torácica…

Trabajar los “huesos respiratorios” va más allá de una mera movilidad torácica…

En la actualidad, entre los profesionales del ejercicio físico y la salud oímos hablar de equilibrar, re-equilibrar, nivelar y un sinfín de sinónimos que mediante métodos se aplican a la fascia, miofascia y los tejidos, olvidando, desde mi punto de vista, que nuestros métodos solo son medios de ayuda para que el organismo alcance por si mismo la homeostasis.

El equilibrio lo consigue el propio cuerpo, no se lo da un ejercicio, siendo éste tan solo un estímulo que según la fisiopatología del tejido será efectivo o no en función de cuándo, cómo o dónde se aplique (de ahí la importancia de un abordaje mulltidisciplinar en los procesos de recuperación FUNCIONAL).

Descripciones de la estructura torácica encontramos muchas en la literatura sobre anatomia descriptiva, topográfica y funcional. Todos los textos nos enseñan que su esqueleto lo forman:

  1. Las vértebras torácicas.
  2. Las costillas.
  3. Los cartílagos costales .
  4. El esternón.

Todas estas estructuras dan forma y protegen una una cavidad en la que se encuentran órganos vitales:

  1. Corazón.
  2. Pulmones.
  3. Grandes vasos.
  4. Algunas vísceras abdominales importantes (hígado, estómago, bazo, parte superior de los riñones).

A su vez, la cavidad torácica está dividida en tres subespacios: 

  1. El mediastino.
  2. La cavidad pleural derecha.
  3. La cavidad pleural izquierda.

La caja torácica es como ver una ciudad de noche (imagina un skyline). Vemos las luces de los edificios, sabemos que hay vida y movimiento en su interior, pero sabemos muy poco de quienes habitan ese espacio y lo que están haciendo en ese momento.

Hemos hablado de protección de órganos vitales, pero sabemos que al leerlo, este detalle es de esos que es fácil pasar por alto.

Órganos vitales, órganos que garantizan la vida de cada individuo. Órganos que permiten el funcionamiento vegetativo del cuerpo y sus sistemas. Órganos que garantizan el aporte de oxígeno y nutrientes a las células (y de estas tenemos miles de millones). 

La respiración es clave en el equilibrio del pH, que en sangre arterial se mantiene entre los valores 7,35-7,45. Por encima o por debajo de los cuales implica una acidosis o alcalosis que afectará al correcto funcionamiento de nuestros tejidos y por ende nuestros órganos.

Decía al principio que trabajar los “huesos respiratorios” va más allá de una mera movilidad torácica: 

La caja torácica no solo contiene los pulmones, sino que también proporciona las herramientas necesarias para que se lleve a cabo el gesto respiratorio.

Aquí es donde la tarea del entrenador personal, técnico deportivo o especialista del movimiento cobra un papel importante: el ejercicio y el movimiento.

Ahora si, ahora podemos decir que cuando entrenas haces algo por mejorar o por lo menos mantener el buen funcionamiento de la “logística de los pulmones y del corazón“. Una logística de recogida, intercambio, y entrega con calidad y a tiempo en la que la satisfacción del cliente está por encima de todo. Nuestro cuerpo SÍ que se merece una Q de calidad ISO-biocelular

Te invito a invertir una pequeña parte de tu tiempo para la I+d personal

Investigación para descubrir el funcionamiento del cuerpo. El premio por el tiempo invertido será  desarrollo personal (recuerda que el tiempo es vida). Un regalo para tu vida y la de tus alumnos. 

Los “huesos respiratorios” van más allá de la caja torácica…

Trabajar los “huesos respiratorios” va más allá de una mera movilidad torácica…

En la actualidad, entre los profesionales del ejercicio físico y la salud oímos hablar de equilibrar, re-equilibrar, nivelar y un sinfín de sinónimos que mediante métodos se aplican a la fascia, miofascia y los tejidos, olvidando, desde mi punto de vista, que nuestros métodos solo son medios de ayuda para que el organismo alcance por si mismo la homeostasis.

El equilibrio lo consigue el propio cuerpo, no se lo da un ejercicio, siendo éste tan solo un estímulo que según la fisiopatología del tejido será efectivo o no en función de cuándo, cómo o dónde se aplique (de ahí la importancia de un abordaje mulltidisciplinar en los procesos de recuperación FUNCIONAL).

Descripciones de la estructura torácica encontramos muchas en la literatura sobre anatomia descriptiva, topográfica y funcional. Todos los textos nos enseñan que su esqueleto lo forman:

  1. Las vértebras torácicas.
  2. Las costillas.
  3. Los cartílagos costales .
  4. El esternón.

Todas estas estructuras dan forma y protegen una una cavidad en la que se encuentran órganos vitales:

  1. Corazón.
  2. Pulmones.
  3. Grandes vasos.
  4. Algunas vísceras abdominales importantes (hígado, estómago, bazo, parte superior de los riñones).

A su vez, la cavidad torácica está dividida en tres subespacios: 

  1. El mediastino.
  2. La cavidad pleural derecha.
  3. La cavidad pleural izquierda.

La caja torácica es como ver una ciudad de noche (imagina un skyline). Vemos las luces de los edificios, sabemos que hay vida y movimiento en su interior, pero sabemos muy poco de quienes habitan ese espacio y lo que están haciendo en ese momento.

Hemos hablado de protección de órganos vitales, pero sabemos que al leerlo, este detalle es de esos que es fácil pasar por alto.

Órganos vitales, órganos que garantizan la vida de cada individuo. Órganos que permiten el funcionamiento vegetativo del cuerpo y sus sistemas. Órganos que garantizan el aporte de oxígeno y nutrientes a las células (y de estas tenemos miles de millones). 

La respiración es clave en el equilibrio del pH, que en sangre arterial se mantiene entre los valores 7,35-7,45. Por encima o por debajo de los cuales implica una acidosis o alcalosis que afectará al correcto funcionamiento de nuestros tejidos y por ende nuestros órganos.

Decía al principio que trabajar los “huesos respiratorios” va más allá de una mera movilidad torácica: 

La caja torácica no solo contiene los pulmones, sino que también proporciona las herramientas necesarias para que se lleve a cabo el gesto respiratorio.

Aquí es donde la tarea del entrenador personal, técnico deportivo o especialista del movimiento cobra un papel importante: el ejercicio y el movimiento.

Ahora si, ahora podemos decir que cuando entrenas haces algo por mejorar o por lo menos mantener el buen funcionamiento de la “logística de los pulmones y del corazón“. Una logística de recogida, intercambio, y entrega con calidad y a tiempo en la que la satisfacción del cliente está por encima de todo. Nuestro cuerpo SÍ que se merece una Q de calidad ISO-biocelular

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Cuidar las fascias nos ayuda a sentir más placer. Fascia en Femenino

Hoy es el Día Internacional de la Mujer, y como tal queremos celebrarlo con un post dedicado a todas vosotras y a la Fascia en Femenino.

El bienestar es importante, pero estar bien pasa por que haya mas momentos de placer que de dolor y aquí la fascia juega un papel importante, sobretodo en la mujer.

La fascia es el órgano sensorial más extenso del organismo. También llamada “órgano secreto“, en ella se encuentran gran cantidad de terminaciones nerviosas susceptibles de transmitir información de placer y dolor que se verá influenciada por los niveles hormonales a lo largo de los ciclos de la vida. 

Desde un punto de vista endocrino, el equilibrio entre los niveles de las diferentes hormonas es la clave para mantenerse lejos del dolor (y la enfermedad), porque no se trata solo de una, sino de la suma de todas lo que marcará la diferencia entre bienestar y malestar tanto fisiológico como sensorial. 

Desde el punto de vista estructural, la buena salud y el equilibrio en nuestro “órgano secreto“, siempre receptivo a los estímulos que lo rozan, tocan, aprietan, relajan, deslizan, transpiran y acarician, nos permitirá sentir más placer, disfrutar más de cada instante y momento de la vida.

Esto me hace pensar en esa frase que dice “la vida no se mide por las veces que respiras,sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento”.

Feliz 8 de Marzo chicas, pero no lo disfrutéis/celebréis solo hoy, sino cada día, todos los días!



Tensegridad es fuerza, estabilidad, equilibrio, realidad: ¡Tensegridad eres tú!

La energía ni se crea ni se destruye, se transforma, ayudando a que nuestra estructura se mantenga en equilibrio, un juego de fuerzas invisibles, tracción y empuje, tensión y compresión, llámalas como quieras, porque independientemente de su nombre, son energía pura.

Hablamos de juegos de poder, energía que nosotros tratamos de interpretar a partir de nuestra inevitable atracción por esa bella dama a la que llaman gravedad…, pero veríamos las cosas de otro modo si nuestra perspectiva fuera la de un elemento que vive suspendido en una organización fuerte, ligera y capaz de cambiar de forma y volver a la posición de equilibrio con el mínimo esfuerzo, en definitiva eficaz, siguiendo las propiedades viscoelásticas no lineares.

¿Veríamos las cosas de otro modo si nuestra perspectiva fuera la de un elemento que vive suspendido en una organización fuerte, ligera y capaz de cambiar de forma y volver a la posición de equilibrio con el mínimo esfuerzo siguiendo las propiedades viscoelásticas no lineares?

Al igual que el desde el punto de vista fisiológico el organismo tiende a la homeostasis, desde el punto de vista mecánico, el cuerpo humano equilibra las fuerzas mediante una red de tensión dinámica que se organiza y reorganiza al son de movimiento.

Hablemos de fuerza y estabilidad: Hoy en día está cada vez más extendido el trabajo de fuerza, y más que referenciada su importancia para la estabilidad articular, pero desde un punto de vista global (por que es así como funciona el cuerpo, como un todo y no como partes individuales), llamémosle fascial si queremos ser más cool, debemos saber que la estabilidad de las estructuras tenségricas se debe a la forma en que toda la estructura distribuye y equilibra el estrés mecánico al que la sometemos en el día a día o en nuestro entrenamiento y no por la fuerza de cada una de sus partes.

La estabilidad las estructuras tenségricas se debe a la forma en que toda la estructura distribuye y equilibra el estrés mecánico al que la sometemos en el día a día o en nuestro entrenamiento y no por la fuerza de cada una de sus partes.

Nuestro cuerpo no quiere que nos hagamos daño, y por ello reparte cualquier estrés mecánico a través del sistema fibroso, una red fibrosa de realidad dinámica y continuidad total, un “edificio” en el que podemos diferenciar elementos individuales cuya función depende de la estabilidad de todo lo demás. Un esfuerzo combinado que nuestros ojos perciben como una mera forma, un volumen definido, cambiante y en movimiento.

Mejor que cambiante, prefiero llamarlo oscilante, donde formas triangulares o hexagonales en el papel pero tetraédricas, octaédricas e icosaédricas en la naturaleza interactuan mediante conceptos como tensegridad, mecanotransducción, inducción, reorientación, creados por el hombre para mantener nuestra forma y equilibrarla en el largo viaje de nuestra vida.

Rigidez estructural y tensión fascial

Últimamente oímos hablar mucho sobre la importancia del movimiento, de moverse por y  para la salud. Hay quienes dicen que primero hay re-aprender a moverse, hay quienes abogan por moverse y punto, y aquí es donde veo que esta discusión se limita a un mero punto de vista locomotor y no un punto de vista que toma en consideración los elementos que hacen posible el funcionamiento de nuestro aparato locomotor…

La rigidez de una estructura depende del grado de tensión en su interior.

¿De qué nos sirve bordar un trabajo a nivel neurofisiológico si olvidamos la libertad de  que necesitan los tejidos que permiten el movimiento de vísceras tan importantes como el corazón, los pulmones, los riñones o el hígado?.

¿De qué nos sirve saber tanto sobre la insulina como para poder llenar un libro si luego pasamos de largo la localización del páncreas, sus articulaciones viscerales y su relación función-postura?

No se trata de eliminar toda tensión, porque sin ella, no tendríamos la forma humana que nos caracteriza, sino de equilibrarla, y sobre todo, tener en cuenta la importancia de lo visceral en el movimiento y rendimiento humano.

 

Si no descubrimos y equilibramos las tensiones internas, la solución de tensión negativa de nuestra estructura directamente nos llevará por un camino de desequilibrios e inestabilidad.

Feliz fin de semana.

 

 

Plasticidad de la fascia o “be water my friend”

La plasticidad de la fascia es una de las características que explica los efectos de las maniobras de liberación fascial en lo que conocemos como liberación miofascial.

La viscoelasticidad de los tejidos blandos, y por ende las propiedades viscoelásticas de la fascia conllevan una serie de cambios que podemos apreciar tanto a nivel global (llamémoslo efectos macroscópicos), como local (entendamos aquí efectos microscópicos).

En otras publicaciones hemos hablado de la matriz extracelular aportando algunas pinceladas sobre su organización y fibrosa, destacando que la importancia del entramado fibroso que compone junto a proteoglicanos, glucosaminglucanos (GAG) y glicoproteinas como la fibronectina (formada por cadenas de polipéptidos) la matriz extracelular (MEC), radica en su papel para la cohesión de los tejidos gracias a la interacción entre las moléculas que la forman. Esa tridimensionalidad fibrosa en la que son posibles nuestra forma y nuestros movimientos.

La plasticidad de los tejidos, concretamente de nuestro sistema fibroso, permite un cambio en la consistencia de la sustancia amorfa de la matriz extracelular. Hablamos aquí de estímulos que hacen que la MEC se hidrate, es decir, que cambie su consistencia de un estado sólido gelatinoso a uno más fluido…

Lo decía Bruce Lee en aquella conocida enrevista: “Be water my friend”

Teniendo en cuenta que la vida media de las fibras de colágeno es de 400-500 días mientras que la vida media de  sustancia amorfa es de aproximadamente 48 – 196 horas (2-8 dias), la constancia en la aplicación de los estímulos sobre nuestra red fascial es la respuesta a por qué la práctica regular de las técnicas de liberación miofascial funcionan tanto en el rendimiento del deportista o ama de casa como en la prevención de lesiones, regeneración de tejidos y recuperación funcional de la persona.

Relaciones anatómicas y funcionales entre el gluteus maximus y la fascia lata

¿Hay mejor manera de empezar la semana que revisando un estudio sobre las relaciones anatómicas y funcionales entre el gluteus maximus y la fascia lata?. Vamos allá:

Stecco A, Gilliar W, Hill R, Fullerton B, Stecco C. (2013) The anatomical and functional relation between gluteus maximus and fascia lata. J Bodyw Mov Ther 17(4):512-7.

Abstract:

Partiendo de la falta de acuerdo existente en la actualidad con respecto a las inserciones distales del músculo gluteus maximus (GMax), y más concretamente sus inserciones en la cintilla iliotibial y el septo intermuscular, los autores procedieron a diseccionar 6 cadáveres (4 formas masculinas y 2 formas femeninas) con una edad media de 69 años.

Posterior view of the left GMax and its fascia. In A: the deep fascia is adherent to the superficial surface of the GMax muscle thanks to the presence of many inter muscular septa (...). In B: the GMax was cut and reflected distally and laterally. It is evident that there is a deep fascia (highlighted with an asterix) that is adherent to the inner surface of the GMax. This fascia creates a plane of gliding between the GMax and the underlying structures.

Posterior view of the left GMax and its fascia. In A: the deep fascia is adherent to the superficial surface of the GMax muscle thanks to the presence of many inter muscular septa (…). In B: the GMax was cut and reflected distally and laterally. It is evident that there is a deep fascia (highlighted with an asterix) that is adherent to the inner surface of the GMax. This fascia creates a plane of gliding between the GMax and the underlying structures. (http://dx.doi.org/10.1016/j.jbmt.2013.04.004)

Sus hallazgos les llevaron a concluir que la cintilla iliotibial es un refuerzo de la fascia lata que no puede ser separada de ella, continuándose hacia el interior con el septo intermuscular lateral que separa el cuadriceps de los isquitibiales. Observando que en todos los sujetos el GMax presentaba una importante inserción en la fascia lata, tan amplia que la cintilla iliotibial podría considerarse un tendón de inserción del GMax.

A: Anterior view of a right thigh (knee joint at right side) showing the myofascial origin of the vastus lateralis muscle from the inner surface of the fascia lata. B: Posterior view of a right thigh showing the myofascial origin of the biceps femoris muscle from the inner surface of the fascia lata. C: Medial view of the right thigh showing the continuity between the perimysium of the vastus medalis and the fascia lata. (http://dx.doi.org/10.1016/j.jbmt.2013.04.004)

A: Anterior view of a right thigh (knee joint at right side) showing the myofascial origin of the vastus lateralis muscle from the inner surface of the fascia lata. B: Posterior view of a right thigh showing the myofascial origin of the biceps femoris muscle from the inner surface of the fascia lata. C: Medial view of the right thigh showing the continuity between the perimysium of the vastus medalis and the fascia lata. (http://dx.doi.org/10.1016/j.jbmt.2013.04.004)

Esta inserción fascial del GMax podría explicar la transmisión de fuerzas  desde la fascia toracolumbar a la rodilla.

 

Valoración personal:

La relación entre fascia y transmisión de fuerzas es un concepto en ocasiones difícil de visualizar y comprender.

Esta idea ya fue descrita para la contracción del cuadriceps que resulta en un engrosamiento del músculo con el consecuente efecto “empuje” sobre las paredes de la fascia lata que lo envuelven (Poterfield & De Rosa 1998). Esta acción supone un aumento en la tensión de los tejidos de la fascia lata contribuyendo a la estabilidad de rodilla y cadera, ayudando así a entender importancia de la fascia en la transmisión de fuerzas.

La cintilla iliotibial es un refuerzo de la fascia lata que sirve como tendón para el tensor fascia latae y el GMax (Benjamin 2009) siendo lugar habitual de lesiones por sobreuso en ciclistas y corredores, por lo que es interesante poder prevenir o recuperar este tipo de lesiones a partir de lo que nos aportan estas nuevas perspectivas de la anatomía funcional para un movimiento clave como es la transmisión de fuerzas desde la fascia toracolumbar a la rodilla.

“(…) la cintilla iliotibial es un refuerzo de la fascia lata que no puede ser separada de ella, continuándose hacia el interior con el septo intermuscular lateral que separa el cuadriceps de los isquitibiales (…)”.

¿ Que información nos aportan hallazgos como este a quienes trabajamos con el movimiento desde una perspectiva fascial?

Si somos capaces de interpretar correctamente los datos que la evidencia anatómica nos expone, a la luz de estos hallazgos, debemos reflexionar anatómicamente sobre la forma y el fondo de los ejercicios que vamos a realizar o proponer.

Es muy fácil nombrar un ejercicio, etiquetarlo con fascial, miofascial, liberación fascial, y otros derivados.

Nuestra tarea como profesionales que aportan ejercicios para la mejora, construcción y reconstrucción estructural está el convertir ese ejercicio en algo digno de ese nombre que le vamos a dar, y eso solo lo puede dar el conocimiento de la realidad anatómica.

Volviendo a la relación GMax-cintilla iliotibial-septo intermuscular-cuadriceps-isquiotibiales, a partir de los hallazgos de Stecco et al. , podemos mejorar la extensión de cadera de cualquier persona sin “atacar” a los músculos extensores que guardan relación con ella. Es decir, si realizamos un trabajo de liberación miofascial a nivel de tensor de la fascia lata o un trabajo de liberación fascial a lo largo de la cintilla iliotibial, reduciremos las restricciones a nivel de los tejidos que guardan relación con ellas, lo que aportará una mejora funcional del GMax e isquitibiales.

Esto ha sido todo por hoy, ahora está en tu mano reflexionar antes de hacer un ejercicio FASCIAL. Un abrazo y feliz semana.

 

Bibliografía:

Benjamin M (2009) The fascia of the limbs and back – a review. J Anat.214 (1):1–18.

Porterfield JA, DeRosa C (1998) Mechanical low back pain. Perspectives in functional anatomy. Philadelphia, PA:WB Saunders.

Stecco A, Gilliar W, Hill R, Fullerton B, Stecco C (2013) The anatomical and functional relation between gluteus maximus and fascia lata. J Bodyw Mov Ther 17(4):512-7.

Importancia del rol mecánico de la fascia

A nivel local el rol mecánico de la fascia hace posible la correcta transmisión de las fuerzas y las tensiones debido al deslizamiento entre sus diferentes planos y estructuras para conseguir un gesto a la vez que permite libertad y fluidez.

A nivel global esa fluidez y libertad se traduce en una serie de conexiones anatómicas fasciales o anatómicas funcionales, según la lectura que hagamos del cuerpo y del movimiento.

Tanto las conexiones anatómicas funcionales como las fasciales son herramientas que nos ayudan a interpretar el lenguaje del cuerpo en movimiento, los mensajes de los tejidos, el estado de la matriz extracelular y las posibles necesidades en lo que a liberación, movilidad o activación de los tejidos se refiere.

Recordemos que el tejido conectivo y la fascia no solo intervienen en el movimiento y la forma, sino también en los procesos como el desarrollo, el remodelado, la reparación y/o la inflamación, inducidos tanto por estímulos mecánicos como estímulos hormonales y que la asimetría es fisiológica, tanto a nivel estructural como a nivel tisular,

Por esto debemos evitar cerrarnos a una sola lectura del cuerpo humano en movimiento, debemos seguir aprendiendo, re-aprendiendo a observar, hacerlo con nuevos prismas, diferentes perspectivas. Esto que os propongo, no es tarea fácil, pero si enriquecedora un camino hacia una mayor comprensión y visualización de nuestra realidad global y dináica total.

Porque somos movimiento, y el movimiento es vida…

:-* Feliz semana

Anatomía y biomecánica del gluteus maximus y la fascia toracolumbar en la articulación sacroiliaca

Hoy revisaremos este estudio:

Barker PJ, Hapuarachchi KS, Ross JA, Sambaiew E, Ranger TA, Briggs CA (2014) Anatomy and biomechanics of gluteus maximus and the thoracolumbar fascia at the sacroiliac joint. Clin Anat 27(2):234-40

Abstract:

A pesar de que los modelos biomecánicos predicen que la contracción del gluteus máximus (GMax) generará una fuerza compresiva sobre la articulación sacroiliaca (ASI), todavía hace falta un análisis morfológico así como una valoración más detallada de su anatomía funcional.

El objetivo de este estudio fue aportar nueva información sobre las inserciones proximales del GMax y valorar su capacidad para generar fuerza, incluyendo la fuerza de compresión  en la ASI. Para ello se estudiaron 11 extremidades de cadáveres embalsamados, documentando la orientación de los fascículos, longitud e inserción del GMax a su paso por la ASI.

Fascicle angles of GMax attachments (white arrows= mean values). GMed = Gluteus medius, TLF = Posterior layer of lumbar fascia (also to underlying erector spinae aponeurosis, ESA), LDSIL = Long dorsal sacroiliac ligament, STL = Sacrotuberous ligament).

Fascicle angles of GMax attachments (white arrows= mean values). GMed = Gluteus medius, TLF = Posterior layer of lumbar fascia (also to underlying erector spinae aponeurosis, ESA), LDSIL = Long dorsal sacroiliac ligament, STL = Sacrotuberous ligament). [Available at wileyonlinelibrary.com.]

Así mismo, de cada inserción se calculó su área de sección transversal perpendicular a sus fibras (physiological cross-sectional area – PCSA) a partir de su fuerza máxima estimada tanto en la ASI como en la  columna lumbar. En todos los especímenes los fascículos del GMax se originaban en la fascia del gluteus  medius, ilium, fascia toracolumbar (FTL), aponeurosis de los erector spinae, sacrum, coccyx, ligamentos sacroilíacos dorsales y sacrotuberosos.

Average PCSA of GMax attachments. (n = six cadavers, 11 sides). Error bars indicate standard deviation. GMe fascia = Gluteus medius, TLF/ESA = TLF/Erector spinae aponeurosis, ESA), LDSIL = Long dorsal sacroiliac ligament, STL = Sacrotuberous ligament).

Average PCSA of GMax attachments. (n = six cadavers, 11 sides). Error bars indicate standard deviation. GMe fascia = Gluteus medius, TLF/ESA = TLF/Erector spinae aponeurosis, ESA), LDSIL = Long dorsal sacroiliac ligament, STL = Sacrotuberous ligament).[Available at wileyonlinelibrary.com.]

La orientación del fascículo principal variaba entre 32º y 45º con respecto a la horizontal y una longitud media de 11 a 18 cm. La PCSA media del GMax fue de 26cm de la que un 70%  atravesaba la ASI. La predicción de la fuerza máxima que podría ser generada por todas las inserciones del GMax que cruzan cada ASI fue de 891N, de los cuales un 70% (702N) podría actuar perpendicularmente al plano de la ASI. La capacidad del GMax de generar momento extensor en los segmentos lumbares inferiores se estimó en 4N.

El GMax puede generar fuerza compresivas en la ASI a través de sus inserciones óseas y fibrosas. Esto puede ayudar a una transmisión efectiva de las fuerzas entre las extremidades inferiores y el tronco. 

Valoración personal:

La contracción del GMax genera una fuerza compresiva sobre la ASI creando lo que se conoce como cierre de fuerza además del cierre por forma dada la peculiar morfología de las superficies articulares del hueso coxal y del sacro. Esto es algo bien descrito hasta la fecha  (van Wingerden 2004, Vleeming 2007, Vrahas M 1995) y cabe destacar la interesante propuesta que hacen los autores en su afán por aportar nueva información sobre las inserciones proximales del GMax y valorar su capacidad para generar fuerza.

El GMax puede generar fuerza compresivas en la ASI a través de sus inserciones óseas y fibrosas. Esto puede ayudar a una transmisión efectiva de las fuerzas entre las extremidades inferiores y el tronco.

Sobre la morfología encontramos recopilaciones de estudios (Gibbons 2007) sentando las bases para la futura investigación y dando las primeras pinceladas sobre la anatomía clínica y función del “glúteo máximo sacro profundo”. Una interesante lectura para “introducir un nuevo rol del gluteus maximus en la estabilidad de la articulación sacroiliaca”.

La predicción de la fuerza máxima que sería capaz de generar el GMax a su paso por la ASI (70% – 702N) que los autores fueron capaces de estimar en cadaver es reveladora en cuanto al posible carácter estabilizador del músculo más potente del cuerpo humano en la región lumbopélvica, ayudando esto a comprender la importancia del re-fortalecimiento mediante el entrenamiento especifico en individuos con dolor lumbopélvico y justificando así  el importante papel del fortalecimiento de esta musculatura para la prevención del dolor.

 

Bibliografía:

Barker PJ, Hapuarachchi KS, Ross JA, Sambaiew E, Ranger TA, Briggs CA (2014) Anatomy and biomechanics of gluteus maximus and the thoracolumbar fascia at the sacroiliac joint. Clin Anat 27(2):234-40.

Gibbons S (2007) Clinical anatomy and function of psoas major and deep sacral gluteus maximus. In: Vleerning A et al. Movement, stability and low back pain. (2nd ed) Churchill Livingstone, Edinburgh, p95-102

van Wingerden JP, Vleeming A, Buyruk HM, Raissadat K (2004) Stabilization of the sacroiliac joint in vivo: verification of muscular contribution to force closure of the pelvis. Eur Spine J 13(3):199-205

Vleeming A, Stoeckart R (2007) The role of the pelvic girdle in coupling the spine and the legs: a clinical-anatomical perspective on pelvic stability. In: Vleeming A et al. Movement, stability and low back pain. (2nd ed) Churchill Livingstone, Edinburgh, p113-137.

Vrahas M, Hem TC ,Diangelo O et al (1995) Ligamentous contributions to pelvic stability. Orthopedics 18: 271-274.

Links de interés:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23959791

http://iicefs.org/es/blog/la-fascia-toraco-lumbar-descripcion-y-rol-en-la-estabilizacion-del-core