Anatomía pensante

Como profesionales debemos conocer los mecanismos para comunicarnos con los cuerpos en movimiento:

Cada persona tiene una forma de moverse, unos hábitos adquiridos y unos patrones de movimiento que pueden estar modificados por la realidad de su día a día o por algún tipo de lesión o desequilibrio estructural y/o funcional (enfermedad, operación de la misma) que tenemos que tomar como punto de partida para lograr mediante una buena progresión, basada en la observación de los mecanismos que lo generan, para que el alumno llegue allí donde queremos sin riesgo de empeorar su estado, aportando sólo los aspectos positivos del ejercicio que ya hemos descrito.

Estos patrones marcados a fuego, adquiridos en el esquema corporal del individuo son los que queremos mejorar, que no cambiar. Se trata de mejorar día a día, sesión a sesión, no de cambiar las personas basándonos en un patrón general que encontramos descrito en cualquier manual que hable sobre postura o forma de ejecución correcta (que podríamos llamar ideal).

Saber escuchar e interpretar la información del cuerpo nos llevará a la búsqueda de soluciones adecuadas para cada persona, distintas para cada situación y momento de la vida.

Hasta la próxima entrega 😉

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