Anatomía a las cinco: Diario de un viaje al interior del cuerpo humano (Edimburgo 07.2015)

Otro año más tengo la suerte y la oportunidad de formar parte del equipo que junto con Gil Hedley llevará a cabo el 10-Day Hands-On Human Dissection Course en la Escuela de Medicina de la Universidad de St. Andrews (Escocia), y con este ya son tres los viajes compartidos, junto a un equipo de somanauts, al interior del cuerpo humano…

 

En 2013 nacía “Anatomía a las cinco: Diario de un viaje al interior del cuerpo humano”. Para quien no lo conozca, se trata de una serie de publicaciones en el blog que pretenden acercar a todo el mundo las vivencias en el laboratorio de un joven apasionado por la anatomía. Ese joven, a través de los post quiere humanizar el hecho de la disección por todo lo que le aporta, por todo lo que le ayuda a entender la realidad anatómica y el propio movimiento humano.

 

Cada segundo en el laboratorio es un instante más cerca de la realidad, más cerca de la vida aunque paradójicamente el aprendizaje se desarrolle a partir de formas que hace tiempo que dejaron de ser estructuras vivas, pero que sin el valor, decisión y generosidad de quienes en algún momento elegido optaron por donar, nada de esto sería posible.

 

¡Qué menos entonces que compartir aquello que estos ojos sean capaces de ver, de observar, de apreciar, para hacer valer más aún la bondad de quienes nos acompañaran esta semana en el “anatomy lab”!.

 

Julio 2015 está siendo diferente, o por lo menos especial, entre otras cosas por la posibilidad de pasar más tiempo en el laboratorio haciendo anatomía, descubriendo y apreciando los secretos que cada forma nos pueden desvelar. Primero fueron tres días en Dundee, con Stephen Levin, John Sharkley y Joanne Avison orientando nuestro trabajo hacia la biotensegridad, y ahora será con Gil Hedley y Julian Baker desde la perspectiva de una anatomía integral y la fascia funcional.

 

Son otro tipo de vacaciones, o mejor dicho, se trata de una experiencia que no te deja indiferente, porque además de ampliar los conocimientos sobre el cuerpo humano, sobre los tejidos, las fascias y sus relaciones, la experiencia en si misma (y la forma en la que a mi personalmente me gusta vivirla) hace que conecte conmigo mismo, descubre mis miedos, se apoya en mis fortalezas para llevarme hacia lo desconocido y no temer, sino estar dispuesto a aprender. Cada segundo en el laboratorio me hace apreciar más la vida, lo que tengo y todo lo que sobra, lo que no ayuda…, un diálogo que se desarrolla viajando entre planos, liberando estructuras, analizando formas, diferenciando texturas con el bisturí, las pinzas y las propias manos.

 

Cada segundo en el laboratorio me hace apreciar más la vida (…) un diálogo que se desarrolla viajando entre planos, liberando estructuras, analizando formas, diferenciando texturas con el bisturí, las pinzas y las propias manos.

 

Os invito a que estos días pasemos un rato juntos, a la hora del té, porque aunque el esfuerzo de redactar una crónica diaria es grande, por un lado considero que si no lo hago, algo se queda,  mucho se olvida, y por otro que compartiendo lo que sabemos, juntos aprendemos.

 

Nos vemos mañana a la hora del té 😉