La respiración sirve para sobrevivir, puede modificar el tono, regular el PH, está relacionada con los sentimientos, está involucrada en la voz, modifica los estados de placer y dolor…
Si hablamos de respiración tenemos que a diferenciar entre la llamada “respiración bulbar”, una respiración totalmente espontánea, regulada por las variaciones de concentración de los gases del cuerpo (PO2 / PCO2) de tal forma que cuando se se incrementan los valores de PCO2, los quimioreceptores solicitan de forma refleja una inspiración. Cuando solicitamos de forma voluntaria (mediante técnicas corporales que nos ayudan a trabajarlo) una respiración e concreto (voluntario y consciente) hablamos de una “respiración cortical”.
La unidad funcional del aparato respiratorio recibe el nombre de ácino respiratorio y la constituye la unidad fisiológica de alveolos y capilares alveolares.
Funcionalmente la respiración no acaba en la caja torácica, sino que continua con el abdomen y llega hasta la pelvis. Las relaciones fasciales en el compartimento torácico y su continuidad hacia el cuello, el compartimento abdominal y la pelvis aportan claridad para la comprensión tanto de los procesos fisiológicos como de los cambios y adaptaciones que ocurren durante la respiración normal.
Antes de abordar este interesante tema de fascia y respiración considero necesario hacer un pequeño recuerdo anatómico y fisiológico dado que la ventilación pulmonar es el resultado de la interacción entre gradientes de presión, fuerzas mecánicas y las propiedades elásticas de los elementos que constituyen el aparato respiratorio.
La ventilación pulmonar es el resultado de la interacción entre gradientes de presión, fuerzas mecánicas y las propiedades elásticas de los elementos que constituyen el aparato respiratorio.
Gradientes de presión en la respiración:
El término gradiente de presión hace referencia a la diferencia de presión entre dos puntos y en el caso del aparto respiratorio, el gradiente se crea gracias a los movimientos de la caja torácica y el diafragma.
El aumento de volumen en el interior del tórax creado durante la inspiración supone una disminución de la presión en el interior de los alveolos (presión alveolar), haciendo posible la entrada de aire a través de las vías aéreas. A esto se le suma la tendencia de la caja torácica a expandirse y de los pulmones a colapsar:
- Por un lado la caja torácica debido a la forma de las costillas, el diafragma y la organización miofascial de los elementos hipaxiales tira hacia el exterior ejerciendo presión negativa (con respecto a la atmosférica) en el compartimento torácico, creándose el flujo de aire del exterior hacia el interior.
- Por otro el que la presión en el interior de la cavidad pleural (presión pleural) es negativa debido a la aspiración continua del exceso de líquido hacia los conductos linfáticos entre la pleura visceral y la pleura parietal, que contrarresta la tendencia de los pulmones a encogerse y ocupar el mínimo espacio, evitando así el colapso de los mismos.
Esto pone sobre la mesa el concepto de retracción elástica del sistema respiratorio basado en las diferencias de presiones e íntimamente relacionado con la presión pleural.
Para que haya inspiración la presión de retracción debe ser negativa [presión alveolar (-) – presión pleural (- – -) – presión atmosférica (+) < 0]. Al final de la inspiración con el aire que ha llegado hasta los alveolos esa presión es positiva [presión alveolar (+++) – presión pleura (-) – presión atmosférica(+) >0] (Ver imagen más abajo).
Durante una respiración normal (relajada), con la simple relajación de los músculos inspiratorios la presión alveolar se eleva por encima de la presión atmosférica con la consecuente salida del flujo de aire hasta que presión alveolar y presión atmosférica se igualen.
Para una espiración activa tendremos que puntualizar que es la contracción de la musculatura intercostal y abdominal encargada de apoyar el proceso de espiración la que comprimiendo las vísceras en sentido ascendente, empujará al diafragma hacia craneal para crear la presión positiva, llegando a ejercer una compresión dinámica de las vías respiratorias.
Fuerzas mecánicas en la respiración:
Los movimientos de la caja torácica y el diafragma ayudan a crear el gradiente de presión necesario para la ventilación pulmonar. Para ello, la caja torácica es a la vez rígida y flexible: rígida para cumplir con su rol de protección de órganos vitales y servir de punto de anclaje a diferentes músculos; y flexible para ayudar con sus movimientos al gesto respiratorio.
Los movimientos de la caja torácica y el diafragma ayudan a crear el gradiente de presión necesario para la ventilación pulmonar. Para ello, la caja torácica es a la vez rígida y flexible: rígida para cumplir con su rol de protección de órganos vitales y servir de punto de anclaje a diferentes músculos; y flexible para ayudar con sus movimientos al gesto respiratorio.
Anatómicamente la estructura de la caja torácica presenta una serie de elementos y características que le aportan tensión elástica:
- Forma de cono con abertura superior para la comunicación con el cuello y las extremidades superiores y abertura inferior donde se localiza el diafragma.
- Unos componentes óseos cuya morfología está íntimamente relacionada con la función respiratoria, de tal forma que cualquier problema o desequilibrio funcional en las más de 100 articulaciones que los relacionan va a afectar a la respiración (104 articulaciones para ser exactos a destacar: 12 articulaciones intervertebrales, 24 articulaciones costovertebrales, 24 articulaciones costotransversas, 20 articulaciones costocondrales, 14 articulaciones esternocostales, 6 articulaciones intercondrales, 1 articulación manubrioesternal, 1 articulación xifoesternal y 2 articulaciones esternoclaviculares).
- Los tejidos conectivos asociados como ligamentos, cápsulas articulares y fascias en los que pueden aparecer dominancias y/o competitividad en la búsqueda de la autoestabilización junto con los patrones restrictivos asociados.
CONTINENTE TORAX:
- Costillas
- Esternón
- Vértebras torácicas
- Músculos intercostales
- Músculo transverso del tórax
- Diafragma
- Fascia endotorácica
CONTENIDO TORAX:
- Pulmones
- Corazón y mediastino
CONTINENTE ABDOMEN:
- Diafragma
- Parte baja de las caja torácica.
- Vértebras lumbares.
- Pelvis (mayor y menor).
- Músculos abdominales.
- Suelo pélvico.
CONTENIDO ABDOMEN:
- Hígado, estómago, páncreas, bazo, riñones.
- Intestino delgado (duodeno, yeyuno, íleon)
- Intestino grueso (colon ascendente, transverso, descendente).
- Vísceras de la pelvis menor.
Cuando estamos relajados, la inspiración es un proceso activo mientras que la espiración es un proceso pasivo resultado de la retracción pasiva de los pulmones fruto de las propiedades elásticas de la caja torácica y los pulmones. El principal músculo respiratorio es el diafragma, y su acción se caracteriza porque al contraerse sus cúpulas descienden, agrandando el espacio de la caja torácica. Este aumento de volumen en el interior del tórax supone una disminución de la presión en el interior de los alveolos haciendo posible el flujo de aire a través de las vías aéreas.
Cuando nos movemos, nuestra respiración debe adaptarase, cambiando el ritmo y el volumen de aire que entra en los pulmones para poder responder a las demandas fisiológicas propias del ejercicio. La ventilación se vuelve más activa, implicando por un lado a los músculos intercostales externos, los escalenos, el pectoral menor y los esternocleidomastoideos encargados de elevar las costillas y expandir el tórax durante la inspiración y a los intercostales internos junto con los músculos abdominales que descenderán las costillas ayudando así al vaciado del aire contenido en los pulmones durante la espiración.
Propiedades elásticas del aparato respiratorio:
Pulmones y caja torácica son elásticos. Esto quiere decir que tras estirarse, tiene la capacidad de retraerse de forma pasiva. El pulmón es un órgano distensible que en situación basal tenderá a colapsar pero que gracias a la presión negativa en el interior del espacio pleural se mantiene unido al tórax y a la fascia endotorácica.
Hablar de pleura es hablar de fascia visceral, sus relaciones con la fascia endotorácica, fascia del diafragma y mediastino que permiten la movilidad y motilidad de unos órganos vitales como los pulmones.
Los pulmones están adheridos a la pleura y a su vez el corazón está adherido a la pleura. La pleura se adhiere a las últimas vértebras cervicales y a las primeras torácicas mediante los ligamentos costopleurales, transversopleurales y vertebropleurales que conectan fascialmente la cúpula pleural al esqueleto axial quedando así suspendida. A su vez la caja torácica está suspendida de las vértebras cervicales mediante la conexión miofascial que le aportan los músculos escalenos, y la continuidad de la fascia endotorácica a nivel dorsal con la fascia profunda del cuello y en su porción ventral con la fascia media del cuello. El diafragma conecta fascialmente con las vértebras torácicas a través del mediastino y la membrana broncopericárdica.
Las vísceras abdominales localizadas en la parte alta de la cavidad abdominal están protegidas por parte de la caja torácica que es más flexible. Debemos tener en cuenta que las vísceras abdominales están envueltas por el peritoneo y suspendidas del diafragma. Por lo tanto, la masa visceral abdominal está totalmente suspendida de la caja torácica. Esta es una misión muy importante y muchas veces desatendida de la caja torácica. Es por esto último indispensable tener una caja torácica que no busque apoyo en el compartimento abdominal y que sea capaz de llevar a cabo las funciones de la respiración y suspensión visceral.
Volviendo sobre las presiones recordemos que la diferencia de presiones entre el compartimento abdominal y el torácico es muy importante para ayudar a mantener las vísceras en su sitio.
¿Cómo funciona este mecanismo?
Es muy sencillo. La diferencia de presiones supradiafragmática (compartimento torácico – parte superior de la imagen, sin colorear) e infradiafragmática (compartimento abdominal – parte inferior de la imagen coloreada en verde) genera una atracción de las vísceras abdominales hacia la cavidad torácica (flechas amarillas).
Hay dos mecanismos que podemos destacar como elementos pasivos de suspensión visceral:
1) La bolsa peritoneal (la serosa que envuelve a las vísceras del abdomen y permite que estas se muevan las unas con respecto a las otras) está suspendida del diafragma y con cada respiración (cuando soltamos el aire) tira de esta membrana hacia arriba luchando contra la gravedad para mantener las vísceras en su sitio.
2) Ptorácica < Pabdominal. La diferencia de presiones entre el compartimento abdominal y el torácico genera una atracción de las vísceras abdominales hacia el compartimento torácico.
Esto nos explica el mecanismo principal de métodos conocidos como Perine y Movimiento de Blandine Calais-Germain o los Hipopresivos que desde dinámicas de trabajo diferentes buscan un efecto de succión y suspensión de las vísceras abdomino-pélvicas.
¿Qué caracteriza a estos dos métodos…?: UNA RECUPERACIÓN DE LA APERTURA COSTAL, NECESARIA PARA REEQUILIBRAR LAS PRESIONES INTERNAS Y FAVORECER EL CORRECTO FUNCIONAMIENTO Y CONVIVENCIA ENTRE CONTINENTE Y CONTENIDO DE LOS ESPACIOS ABDOMINAL Y TORÁCICO.
La suspensión visceral no es cuestión de métodos sino de principios de anatomía y fisiología. Descubre su funcionamiento desde el interior con este vídeo es sobre diafragma, peritoneo y suspensión visceral
Diafragma, peritoneo y suspensión visceral
¿Quién nos iba a decir que la química de 7º de EGB nos iba a servir para entender el por qué de los prolapsos y la incontinencia…?
Hasta la próxima entrega 😉