Neocórtex y Parto

El Neocórtex es la parte del cerebro que se ha desarrollado de forma espectacular en la especie humana, también conocido como cerebro intelectual.

Éste tiende a usurpar el poder e inhibe la actividad del cerebro primitivo, particularmente durante procesos involuntarios como por ejemplo el del parto, que tiene lugar cuando las estructuras cerebrales arcaicas encargadas de producir un flujo de hormonas especifico toman el control.

Por tanto, no se puede ayudar a un proceso involuntario pero si puede que determinadas situaciones lo inhiban. Sin duda la clave radica en proteger este proceso y descubrir las necesidades básicas para la mujer de parto.

“El parto es un proceso involuntario al que no se puede ayudar, pero puede que determinadas situaciones lo inhiban”

Para poder liberar el flujo de hormonas necesario para dar a luz por propios medios, sin medicación, es necesario reducir la actividad del neocórtex.

Inhibición neocortical. La necesidad básica más importante para la mujer de parto es que el neocórtex deje de funcionar, ya que parir es un trabajo que no concierne al cerebro intelectual y cuando nuestro neocórtex permanece en reposo presentamos más similitudes con los demás mamíferos.

En un parto fácil que transcurre sin el uso de medicamentos, llega un momento en el que parece que la mujer se desentiende del mundo. Incluso puede llegar a comportarse de una forma que habitualmente no consideraríamos correcta en una persona civilizada, atreviéndose a chillar o blasfemar, ser maleducada o pronunciar frases o palabras sin sentido y puede adoptar posturas extrañas, a menudo cuadrúpedas. Cuando la mujer de parto está como ida, como en otro planeta, en su mundo hormonal, significa que cesó por completo el control neocortical. Podemos afirmar entonces que el proceso del parto debe ser protegido de cualquier tipo de estimulación cortical.

La poderosa actividad del neocórtex puede inhibir la actividad de las estructuras cerebrales más antiguas dificultando o inhibiendo el proceso involuntario del parto. Si el neocórtex fuera aún más potente, el parto sería imposible. La manera de superar el hándicap humano y reducir la actividad neocortical puede ser aceptar nuestra condición de mamífera.

La poderosa actividad del neocórtex puede inhibir la actividad de las estructuras cerebrales más antiguas dificultando o inhibiendo el proceso involuntario del parto.

¿Cuáles son los principales estímulos que activan el neocórtex?

  • El principal es el lenguaje. El uso del lenguaje es la interferencia negativa más extendida durante los partos. El silencio es una necesidad básica durante el parto. Importante entrenarnos a reducir progresivamente el uso del lenguaje y no interrumpir a la futura madre en su labor de parto para hacer preguntas que la sacaran de su pompa hormonal y acto seguido activará su neocórtex con el riesgo que ello conlleva.
  • La luz. Sabemos la existencia de una hormona de la oscuridad llamada melatonina. Cuando apagamos la luz para irnos a dormir facilitamos la liberación de esta hormona y precisamente una de sus propiedades es reducir la actividad neocortical. Eso no quiere decir que una mujer que está de parto necesite estar en una habitación completamente a oscuras pero no tiene el mismo efecto tener una luz tenue que una luz intensa en la habitación donde se encuentra la mujer de parto.
  • Sentirse observada, de modo que no sentirse observada es otra necesidad básica para la mujer de parto, necesidad que por desgracia no se tiene en cuenta en nuestra cultura, ya que cada vez está más de moda grabar o hacer fotografías a lo largo del desarrollo del parto, sin por supuesto pararnos a pensar que con ello podemos dificultar el parto.
  • Tener miedo, así que sentirse segura también es necesario para una mujer de parto. Para esto no hay recetas universales, hay mujeres que se sienten más seguras en un entorno familiar, cerca de una comadrona experimentada vivida como una figura maternal y en cambio otras, debido a su condicionamiento necesitan estar en un entorno hospitalario moderno.

Por tanto podemos concluir que para que un parto fluya, o por lo menos para no dificultarlo, la mujer necesita que se cumplan una serie de necesidades básicas como son el silencio, la oscuridad, no sentirse observada y sentirse segura y con todo ello estaremos silenciando su neocórtex para facilitar o mejor dicho para no dificultar el proceso del parto.

Para que facilitar un parto, o por lo menos para no dificultarlo, la mujer necesita silencio, oscuridad, no sentirse observada y sentirse segura.

 

Bibliografía:

Nacimiento y la evolución del Homo Sapiens. Odent, M. La liebre de marzo (2014)