Ibai López Martínez – ibaifit – sobre mí…

Sobre mi…,

soy una de esas personas a las que les apasiona lo que hace y por lo tanto entusiasta y soñador hasta el punto de conseguir que aveces me llamen loco, pero lo suficientemente realista como para saber que conseguir algo es solo fruto del esfuerzo, la perseverancia y el afán de superación.

En lo profesional…, 

Empecé por el principio como todo en esta vida, pero fue un principio marcado por la determinación de dejar la carrera de Ciencias Químicas y apostar por un Grado Superior en Actividades Físicas y Deportivas (TAFYD) en Urkide (Vitoria, 2000 – 2002). Tener claras las cosas me ayudó a saber dónde quería llegar aunque aún no conociera el camino.

Gracias a una beca pude cursar las prácticas en Italia, donde alguien que confió en mi (Daniela Calamati, Matteo Andolfatto) me hizo ver que en esta profesión, el trabajo, aunque fuera en un gimnasio, era mucho más que proponer simples ejercicios o entrenamientos. A partir de entonces busqué la forma de aportar PROFESIONALIDAD en el campo de batalla del fitness.

A los dos años en Italia (Vicenza, 2002 – 2004) le siguieron otros cuatro de la mano de XMX-Fitness (Vitoria, 2004 – 2008) con un magnífico equipo de compañeros que da la casualidad que son conocidos formadores a nivel nacional Xavier Epelde, Mónica Eguileta, Hector García Fernandez.

En esta etapa llegaron las primeras certificaciones de Entrenador Personal (ACE en 2004; NSCA en 2006) y los primeros vuelos transatlánticos para aprender de los mejores en el entonces novedosos concepto del entrenamiento funcional (World Spining and Sports Conference – WSSC en Miami en 2004, NSCA Functional Training Symposium en Chicago en 2008). A esto hay que sumarle muchas horas de web seminars o DVD’s para aprender de Juan Carlos Santana, Paul Check, Michael Boyle o Gray Cook & Brett Jones con su FMS entre otros. 

Siempre digo que fue gracias a Héctor García que el concepto de fascia llego a mis oídos…, también las conversaciones sobre la importancia de educar a los alumnos, enseñar, no sólo entrenar, y esa frase que no olvidare nunca sobre que para estar al día, teníamos que intentar leer un libro “de los nuestros” al mes, han pasado ya casi diez años…

Lo que hasta entonces tan solo había sido una idea: entrenamiento, prevención y rehabilitación funcional, tomó forma durante el año que pasé en el centro de fisioterapia Physio Sport (Vitoria, 2008 – 2009) con Alejandro de Pablo que comprendía la importancia de la presencia de un entrenador personal en su centro para el trabajo que hay que hacer después de la rehabilitación. Primeros pasos en el enfoque multidisciplinar que dieron su fruto con la fisioterapeuta Beatriz Ruesga López  en su centro de fisioterapia avanzada Esential.

Estos últimos cuatro años los he pasado sacando adelante el proyecto MOVEO IBAIFIT (2009 – … ). Un proyecto personal. Una escuela del movimiento, actividad física desde otro punto de vista, desde la anatomía, respetando al cuerpo y sin parar de formarme.

Apoyándome en los datos de muchos estudios y la medicina basada en la evidencia, tracé las bases del proyecto Moveo con la Escuela de la Espalda para la Fundación Estadio S.D., buscando concienciar a los alumnos sobre la importancia de la prevención a través del movimiento.

Gracias a la visión global del cuerpo humano y sus tejidos que me aportaron los descubrimientos de Thomas Myers y Gil Hedley pude entender la importancia de las conexiones, apartándome de la visión analítica y topográfica. 

Las fascias empezaron a explicar muchas cosas que antes no tenían sentido. Aquí empezó un periodo de estudio en gran parte por mi cuenta, al que hay que sumar  formaciones de Anatomy Trains con James Earls y un Six Day Intensive Dissection Workshop con Gil Hedley (en Julio de 2014 formaré parte del proyecto 3-Week Whole Body Dissection for The Atlas of Integral Anatomy en la Universidad de St Andrews)

Paralelamente, hace tres años (2010) conozco personalmente a Blandine Caláis-Germain y actualmente estoy profundizando en su Anatomía Para el Movimiento, que también ha marcado bastante mi forma de enseñanza. De este proceso surge un trabajo en equipo como formador en España para el método Abdominales sin Riesgo y algunos proyectos fasciales que todavía no puedo desvelar 😉 .

Todo esto ha despertado en mi el interes en lo visceral y en lo neurofisiologico, como una herramienta más que me permite transmitir la importancia de aprender haciendo, aprender del propio cuerpo en movimiento y aprender a dirigir un cuerpo en movimiento. 

Desde el curso pasado (Urkide, Enero de 2013) colaboro en el programa formativo de los futuros Técnicos Deportivos con la parte práctica del programa de Patologías donde tuve la enorme suerte de trabajar junto al Dr. Juan Luis Zunzunegui autor del libro “La actividad física es medicina” quien me recordaba cada vez que hablabamos que los sueños son la fuerza de vivir.

Actualmente me defino como una persona dedicada a la educación corporal desde una perspectiva global, y cuando me preguntan sobre dónde me veo en el futuro, contesto que yo iré alli donde me lleven mis pasos.

Y como los sueños son la fuerza de vivir, en la actualidad hay algo que me motiva enormemente. Se trata de un nuevo proyecto al que he llamado Educación Funcional para el Movimiento Humano (toda la info aquí)

Antes de termianr me gustaría decir tres frases:

  • “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
  • “No hay que ser el mejor, hay que ser mejor cada día”.
  • “Hagas lo que hagas en esta vida, nunca olvides que estás aquí para ser feliz”.

Anatomia de los pies a la cabeza (II) – Pierna.


La intención de este artículo no es otra que la de aclarar la anatomía esencial de la pierna pudiendo así valorar con criterio las necesidades de nuestros pies antes de precipitarnos a comprar el último modelo de zapatilla de moda, desconociendo  cómo o por qué funciona, o en el  caso de dolor, vagar de consulta en consulta buscando un diagnóstico que justifique la causa de nuestro parón deportivo (que normalmente, según la ley de Murphy, será en el momento de mejor forma).
En la última entrada del blog relacionamos la estabilidad del arco transversal del pie con la musculatura de la pierna, y en esta entrada profundizaremos en esa región que va desde el tobillo hasta la rodilla.
SOMOS MOVIMIENTO y la marcha bípeda es una cualidad propia del hombre. Es lo que nos da independencia tras un proceso de aprendizaje, primero para mantenernos de pie y luego para desplazarnos manteniendo el equilibrio gracias a la coordinación. Este fenómeno lo repetimos entre 10000 y 15000 veces al día.
Con el primer paso de nuestra vida empezamos a repartir bien el peso del cuerpo sobre un pie y así poder mover el otro sin la mano de papi o mami. Con el tiempo, la gravedad y el desarrollo motor, nuestros pies (pequeña base de la gran pirámide que es el cuerpo), utilizan durante la marcha tres puntos de apoyo e impulso.

Primero el talón, frenando el impacto contra el suelo con la ayuda incuestionable del tibial anterior. A esto le sigue un aplanamiento de la bóveda plantar desplazando toda la carga del cuerpo hasta la cabeza del primer metatarsiano (superficie situada justo antes del dedo gordo del pie). A su vez toda la musculatura plantar amortigua este movimiento estirándose y acumulando energía elástica que más tarde utilizará para el impulso. Por último el dedo gordo del pie, que, para dar el impulso final y así despegar el pie del suelo, lo hace con la potencia del triceps sural (gemelos & sóleo) que se nutre de la energía acumulada en la fascia plantar para poder llevar a cabo su tarea.
Pero la forma normal de un pie sano puede variar por causas congénitas o adquiridas a lo largo de la vida (por una lesión, el propio peso del cuerpo o el tipo de calzado que utilizamos). En la imagen podemos ver el análisis de los tipos de pisada más comunes:


Para solucionar cualquier tipo de variación respecto del apoyo neutro tenemos a nuestra disposición las mil y una opciones o lo que es lo mismo, zapatillas pronadoras, neutras free, plus, minimalistas, barefoot, old fashion, con sus correspondientes plantillas de gel, silicona, fibra de carbono, sin olvidar los calcetines de compresión, descompresión, relax, y así suma y sigue si nos sumergimos en los catálogos comerciales de las marcas deportivas.
Sabemos que nuestro pie necesita dos cualidades opuestas, flexibilidad para amortiguar bien el peso del cuerpo en cada paso adaptándose al terreno y, al mismo tiempo tensión/rigidez para transmitir las fuerzas. Para compensar un exceso de flexibilidad basta con activar la musculatura, pero un exceso de tensión/rigidez en el pie no se puede compensar, pero si se puede prevenir.
Por ejemplo, bajo carga excesiva, como ocurre con el uso de tacones, calzado deportivo que no es de nuestra talla o pies de gato en escaladores, el pie sufre un empuje como el que vemos en la imagen, con un pobre control muscular que a la larga desencadena dolor y una alteración de la pisada hacia un pie plano transverso más conocido como pie plano o pronación, formándose callos dolorosos y juanetes. 



Las estructuras que más contribuyen al mantenimiento de la tensión de la bóveda plantar son de fuera hacia adentro: la aponeurosis plantar, el ligamento plantar largo y el ligamento calcaneonavicular plantar.
Es aquí donde empieza nuestro viaje hacia lo que pasa en nuestra pierna con origen en el pie

El descenso de la bóveda plantar (no olvidemos que esto ocurre de forma normal durante la marcha una media de 10000 a 15000 veces diarias) hace que huesos de la articulación del tobillo como el astrágalo y el navicular se desplacen hacia el suelo. Un apoyo pronador suele generar un dolor difuso en la planta del pie ya que se sobreestira el ligamento calcaneonavicular plantar. Debido al aumento y constancia de la tensión sobre el triceps sural (gemelo & sóleo), para compensar la falta de soporte pasivo por parte de los ligamentos y aponeurosis, suelen aparecer dolores en la pantorrilla.
Profundicemos ahora en la organización interna de la pierna. Nuestro cuerpo sabe mucho y su diseño se basa en una organización funcional a base de compartimentos envueltos en fascia y divididos por tabiques intermusculares y/o fasciales.

En esta distribución funcional basada en compartimentos todos los habitantes de cada compartimento tienen un destino común, adivina…., EL PIE, siendo algunos parte del segundo sistema de sostén del arco plantar y otros parte activa en el movimiento, permitiendo el movimiento en los tres planos.
Algunos “vecinos” de los que ya hablamos en la entrada sobre el pie son: el tibial anterior, tibial posterior, el peroneo largo. 
Otros menos conocidos pero no menos importantes son: el peroneo corto, el extensor largo de los dedos, el extensor largo del dedo gordo, el tercer peroneo, el cuarto peroneo (inconstante), el flexor largo de los dedos, el flexor corto del dedo gordo,…
Y señoras y señores, con todos ustedes en el compartimento posterior superficial: EL TRICEPS SURAL.
Después del glúteo mayor y del cuádriceps femoral es uno de los más potentes, aunque su eficacia está supeditada al grado de flexión de la rodilla (pero de esto ya hablaremos en otro capítulo). El triceps sural se contrae para extender el tobillo y proporcionar el impulso motor en la última fase del paso.

Considerando el cuerpo como una estructura que transmite a lo largo de todas las líneas fasciales el esfuerzo, la tensión, cualquier impacto y movimiento, y su organización compartimental (como hemos visto antes); la tensión en cualquier punto de esta estructura biotensegrica va a generar cambios, desequilibrios, inclinaciones, rotaciones o simplemente tensiones como consecuencia de lo que ocurre e otro punto de la misma. 
Volvamos al principio y empecemos por observar los pies, que en la cultura occidental se pasan el día enjaulados y en el olvido, y solo nos acordamos de ello cuando nos duelen.
Hemos hablado de la pronación y de los problemas que conlleva, entre los que destacan la fascitis plantar o la formación de espolones calcaneos por la tensión reiterada sobre la fascia plantar y su inserción en el talón (las soluciones y prevención  para esto las puedes encontrar en la entrada anterior sobre el pie).
Según T.W. Myers, un exceso de tensión en las estructuras pasivas del pie, empuja el talón hacia adelante. Esto se suele acompañar de un arco longitudinal interno débil y un aumento de la carga sobre la cara interna del pie que desciende la bóveda plantar aumentando la tensión en el complejo formado por el triceps sural, el calcáneo y las estructuras plantares (tanto activas como pasivas) que reparte de forma incorrecta la carga por toda la estructura.

Nuestra arquitectura colágena responde a la carga y, según las investigaciones en el campo de las fascias, todo apunta a que en la mayoría de las lesiones y molestias que sufrimos, el problema no se encuentra en la musculatura o el esqueleto, sino en la estructura de tejido conectivo que ha sido sometida a una demanda por encima de sus posibilidades.

Este tejido hay que entrenarlo y hay que cuidarlo porque sus fibras pierden la elasticidad y la capacidad de deslizarse unas sobre otras, creando adherencias que limitan su función.
Desde aquí os invito a incorporar los principios de entrenamiento fascial que iré presentando a vuestra rutina de entrenamiento, a vuestro día a día para y así poder apartar de nustro vocabulario el termino lesión.
Hasta la próxima entrega…